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Los ojos de Susano se abrieron cuando percibió la presencia de los tesoros sagrados acercándose al solitario lugar donde había esperado por horas en esa mañana. Nagi y Schulding se quedaron atrás por órdenes de la deidad como una forma de mostrar su autosuficiencia.

Los tesoros juntos, poseedores de un brillo celestial, aparecieron frente a ella, era incierto lo que continuaría durante los primeros segundos, sobre todo, cuando en primer lugar, Kyo levantó su mano derecha para convocar sus luminosas flamas. El combate podría comenzar o simplemente no ser necesario.

—Si con eso vas a dejar de hacer tantas cosas despreciables...

El fulgor deslumbraba el rostro divino, pero ardía con orgullo como si estuviera rindiéndole tributo.

—Asegúrate de que ella regrese, no hagas que me arrepienta.

Algo en el pecho de Yagami brilló, volviendo difícil la tarea de desviar la mirada.

Susano lo supo entonces y, se limitó a reír por lo atrevidos que solían ser los mortales. Le gustaría obligarlos a mostrar un poco de respeto, pero ahora los tesoros eran su principal prioridad.

Los 3 resplandecientes objetos se mostraron frente a ella y tal como lo había advertido, ellos reaccionaban a su existencia. El vínculo entre el creador no se podía romper de ninguna forma. Absorbidos por su cuerpo poco a poco, los tesoros fueron desapareciendo. Su luz se perdió y el silencio en los siguientes segundos se mantuvo. Entonces, una oscuridad cubrió el cuerpo de la chica, obligándola a retroceder. Kusanagi quiso alcanzarla, pero se le tenía prohibido intervenir, ella aún estaba de pie, envuelta en un mar de energía.

Las visiones de un tiempo lejano, vinieron a sus mentes sincronizadas con los recuerdos de 1800 años atrás. El cuerpo de Susano se reincorporó y finalmente, un hueco en el espacio se materializo en el mundo mortal, esa era, la entrada a los cielos. Una sonrisa que se le dibujó en su rostro, marcó el final de sus preocupaciones.

Dejó de ser rodeada por la luz y elevó su mano derecha, creando un poderoso resplandor que materializo una vez más, los tesoros de la humanidad. La deuda que el mundo tenía con Susano, fue pagada, así quiso creerlo.

—Como agradecimiento voy a decirles algo interesante.

Susano sacudió su mano y la dirigió hacia ellos, devolviendo las reliquias a sus respectivos dueños.

—Los tesoros existen para proteger este mundo, la única razón por la que los deseaba era para abrirme camino. Sunem no podría saber eso, porque nuestras conciencias fueron divididas para ocultar un gran secreto... ¡Hm! Amaterasu, los secretos están destinados a revelarse tarde o temprano.

Sorpresivamente, la energía de los tesoros había cambiado y en cuanto hicieron contacto con sus portadores, se disolvieron regresando a su sitió original.

—Ahora puedo ir a Izumo, no hay nada que me impida el paso al cielo.

Susano extendió sus manos y, aunque la intención de Yagami y Kusanagi fue intervenir. Ninguno de los dos pudo alcanzar la existencia que se elevó en el cielo y se diluyo en el aire.

Sincronizadamente, y como parte del destino, en ese momento, los fuegos artificiales estallaron. Un escenario recibía a miles de personas.

En las pantallas del gran recinto del torneo, la imagen de la Idol proclamada por los fanáticos, ofrecía una gran presentación ante las palmadas y los coros qué resonaban con fuerza; sin embargo, fue en ese alegre momento, cuando un portaaviones apareció entre las nubes, declarando que el torneo, guardaba una última sorpresa.

En la cabina de control de la nave, el alboroto de los aficionados perfectamente perceptible por la mujer pelirroja al mando, no presentó ninguna importancia.

—Esa es la marca de un verdadero demonio.

Schulding estaba completamente impresionado por lo que veía desde el edificio del comité. Nagi sonrió abiertamente, cuando un estruendo causó la abertura de la nave con la letra [R] y, finalmente, las imágenes transmitidas en las pantallas, hicieron la esperada presentación. Fue un panorama que, con solo mirarlo, atemorizaba a aquellos que alguna vez se enfrentaron a su imponente figura.

—¿Y bien? ¿No sienten nostalgia?

Mature presionó el botón que abriría las puertas del infierno, dentro de la cabina donde Vice, apenas contenía la emoción del río de sangre que estaba por correr ante sus ojos.

—El excitante final está comenzando.

[...]

Con la transmisión siendo emitida en un gran número de establecimientos e instalaciones, los puños del comandante Heidern, se cerraron mientras contemplaba la escena desde el campamento Ikari,

—Leona, ¿has tenido noticias del equipo de investigación?

—Whip, Diamond y Fiolina siguen en las llanuras del norte, en el área C con coordenadas 4 3, y K' espera por la llegada de Adelheid Bernstein. También ha habido disturbios por los fanáticos que deseaban presenciar la batalla en vivo ¿Qué hacemos con ellos?

—Usa cualquier método, sin importar como, no debemos permitir que haya gente involucrada, podría ser peligroso.

—¡Entendido!

Las bellas flamas de Kusanagi y Yagami, se extendieron ante el combate final que estaba comenzando. 

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