Iori se quedó a un lado mientras Sunem se ocupaba de sí misma, estaba sorprendido de lo fácil que fue para ella cubrirse el brazo sin pedirle ayuda, como si estuviese acostumbrada a ello. Mantuvo su cara seria incluso cuando ella terminó y mostró sus intenciones de irse. Yagami nunca pretendió decir una palabra más, para él, este era el verdadero final de todo ese asunto.
La madrugada fría alcanzó los cielos cuando la conversación se había terminado y él, actuó inconsciente justo en el momento en que ella se inclinó para despedirse y agradecerle.
—Estás herida, debes descansar ahora.
Se sintió agradecida con él y de su inusual amabilidad, pero no se atrevería a ocupar la única cama en el dormitorio de un hombre, estaba segura de que no podría contener el nerviosismo. Así que intentó despedirse una segunda vez, y encaminarse hacia la salida cuanto antes, pero Yagami la detuvo agarrando su mano antes de que se alejara mucho más.
—¿Realmente quieres irte? ¿Es mi habitación tan desagradable para ti?
Por alguna razón, Yagami no estaba siendo el mismo, o más bien, no se comportaba como comúnmente lo hacía.
—No es así, me gusta este lugar, simplemente ya he causado demasiados problemas.
El pelirrojo aprisionó con más fuerza su mano y entonces la arrastró hasta la cama, no tenía sentido su comportamiento tímido sí, consideraba, lo que había sucedido con anterioridad.
—Tal vez, simplemente debo devolverte esa humillación.
Ella no comprendió sus palabras, pero por alguna razón, un calor vergonzoso se le subió a las mejillas. El contacto cercano con ese pelirrojo, hacía que su corazón se saliera de control y cuando fue puesta sobre la superficie de la cama, creyó ser incapaz de respirar.
—Así que esta vez no vas a pedirme que me quede contigo mientras me confundes con ese "onii-sama"
—¿Eh?
—Esa noche, rodeaste mi cuello con tus manos y me obligaste a dormir contigo.
Esos ojos rojos estaban incriminándola, desde luego, cualquiera se sentiría acorralada e intimidada con una confesión como esa.
—A eso te referías con "dormir"
—No, hay algo más.
Esa era una singular situación tan siniestra como lo había sido meses atrás. La diferencia era que ahora ella estaba consciente. Iori desvió la mirada y ocultó su rostro avergonzado. Realmente quería una respuesta a sus acciones como si el hecho de haberse confundido y estar bajo los efectos de la debilidad de un cuerpo agotado, no fuera suficiente explicación para él.
—Gracias Yagami. En ese momento no pude agradecértelo apropiadamente.
¿Qué clase de persona agradece a sus enemigos tan tranquilamente? El temperamento del pelirrojo no podría soportar mucho más.
—Duérmete ya.
Cuando él quiso irse, Sunem lo alcanzó por la manga de su camisa blanca para detenerlo.
—Dormiré en el sillón, esta cama...
Se detuvo por un momento por lo que estaba a punto de decir, pero finalmente no tuvo alternativa, las mentiras desencadenarían la ira de alguien que la había ayudado hasta ese punto, no tenía el derecho de fingir sus intenciones.
—El aroma que desprende este lugar es demasiado intenso, mi corazón se agita porque es la fragancia de Yagami, no puedo dormir aquí, es decir, sí me quedó sobre esta cama, no podré dejar de pensar en ti.
Iori la miró dudoso y llevó su mano derecha hacia sus labios.
—¿No te parece un aroma en verdad bueno?
—Si.
Sunem se arrepintió de responder tan rápido, para Yagami fue lamentable que intentara cambiar su respuesta y que lo liberara de su agarre cuando fue consiente del efecto de sus palabras.
—Si te gusta está bien entonces.
Ella no podría salir de aquella situación y trató de superar la sensación de ser atrapada.
—La cama es muy espaciosa y solo tiene una manta, puedes dormir aquí. No suelo moverme mientras duermo, así que...
De repente quedó sin palabras, podía para ella ser normal, pero estaba pidiéndole a un hombre que durmiera con ella y si lo recordaba, ya había recibido un reproche por un asunto similar, cayó en cuenta de que no se puede andar durmiendo por ahí con cualquiera tan solo porque se pretende ser amable, aunque Yagami, no era alguien a quien se le considerara realmente cualquiera.
En un instante, Yagami se dio la vuelta por completo y se subió a la cama, justo al lado de ella, en un reducido espacio que había entre su cuerpo y la orilla.
—Esto debería ser suficiente, duérmete ahora.
Sunem no fue capaz de responder con su voz, aun no sobrepasaba la vergüenza, pero era verdad que aquello le tranquilizaba. Retrocedió un poco y luego afirmó con la cabeza. Los latidos de su corazón se aceleraron, no podía negar cuan intimidada se sentía. Lo que siguió, fue su lenta entrada en la cálida sabana mientras se acomodaba para dormir.
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Enlace De Sangre
FanfictionCuando un nuevo y misterioso torneo de KOF estaba a punto de ser anunciado, el comándate Heidern descubre que esta relacionado con la familia Bernstein, pero que no tiene que ver con Rose o Adelheid y comienza una investigación secreta, para descubr...