Lullaby: Don't break 《REESCRIBIENDO》

Te Amaré Por Siempre

Capítulo 63

Nahin Pines

—Estoy aburrida Nahin—dice con coqueteo, mientras que sus dedos se pasean por mi cuello—¿Vamos a otro lado?

Mi mirada recae en sus ojos delineados, viendo como estos le brillan—de acuerdo—la ayudo a ponerse de pie—vamos a otro lado.

Y mientras camina a mi lado, siento como su mano toca la mía de a poco y con un movimiento tímido, termina uniendo nuestras manos.  Y no sé porqué razón lo permito, e incluso, soy yo quien entrelaza nuestros dedos.

—¡Me alegra que nos hayamos encontrado de nuevo!—deja caer su cabeza sobre mi hombro

Mis labios forman una sonrisa ladeada para luego separarse y liberar algunas palabras—¿Tú c...?—trato de decir, pero se me cortan, en cuanto mis ojos recaen en la persona que se encuentra a unos metros frente a mí.

Mientras nosotros vamos saliendo, ella se encuentra entrando, vestida como de costumbre, portando su chaqueta de cuero, pero hay algo que la hace ver diferente.  No parce ella.

—¡Pero que sorpresa! —sus ojos recaen en los míos y diviso rastro de tristeza en ellos.  Sonríe denotando falsedad

—¿Hola?—dice la rubia a mi lado

—Lullaby...—me sale en un susurro, pues no esperaba su llegada

—¿Sorprendido?

—¿Tú eres...?

Veo como el entrecejo de Lullaby, se frunce al escuchar esas palabras

—¿Perdona?—exclama—¿Cómo que quien soy? La pregunta aquí es ¿Quién eres tú?

—Eso no importa—trato de zanjar el tema, pero la rubia no me lo permite

—Claro que importa—dice con cierto tono autoritario que no me está gustando—O sea, ¿Quién se cree ella?

—¿Quién me creó yo?—bufa Lullaby con cierta ironía y sarcasmo

—Sí, ¿Quién te crees?—insiste—porque yo su novia

Volteo a verla atónito por lo que acaba de decir, pero es que no me da tiempo reaccionar cuando ya Lullaby ha hablado.

—¡Wow!—me mira con algo de decepción—¿Me recuerdas tu nombre?—le pregunta sin verla, pues tiene sus ojos clavados en los míos

—Isabella Grecco

Al pronunciar su nombre y Lullaby escucharlo, puedo ver en su mirada algo más que decepción y haciendo un asentimiento corto, se prepara para hablar

 —Así que ésta es la gran Isabella y veo que...—y es justo en ese momento, cuando noto un quiebre en su voz—a quien engaño—ríe con los ojos cristalizados—si todo esto me lo hice yo sola

—Lullaby—intento decir,  pero las palabras se me cortan al verla rebuscar algo tras su espalda.  Sus manos vuelven al frente, portando en la derecha, un arma que nos apunta.

—¿Quién va primero?—nos señala y percibo el temblor de Isabella, la cual me ha apretado más contra ella.  La escondo detrás de mí, dejando que sea a mí, a quien apunte.

—tú primero, que más da—sus ojos siguen cristalizados, pero ella se niega en derramar una lágrima

—Hazlo

Se le escapa un suspiro de dolor acompañado de un sollozo. Y la verdad es que me duele verla así, por Dios, por supuesto que me duele.—¿Darías tu vida por ella?