Carlisle Justiniani
Ellos intentaban decirme algo, mas no me encontraba puramente concentrada. Lo que provocaba que no tuviese idea de lo que me estaban hablando. Y no era intencional, lo juraba, pero es que la noticia que me había soltado Jhabed en la mañana me tenía demasiado inquieta.
Si bien me había dicho que no me preocupara que ya había logrado poner todo en orden y que esa misma tarde concretaría las cosas. Aun así, la inquietud estaba presente. ¿Y cómo no estarlo? Pues no solo la empresa estaba en juego, sino que nosotros también y eso era lo que más me preocupaba.
Beck y Asher fueron los primeros en notar mi distracción y tratar de centrarme, cosa que agradecía, sin embargo, no era suficiente. Siquiera ellos imaginaban la magnitud del problema.
Los vi marcharse porque al igual que yo, todos tenían cosas importantes por hacer. Los seis hombres que en ese entonces se suponía que eran mis amigos de hace más de 7 años, me abandonaron por segunda vez, dejándome en los primeros escalones de las escaleras que nos llevaba a la primera planta de la universidad Fournier.
Tratando de no pensar me centré en ver a los estudiantes pasar, pero de un momento a otro, mi vista fue obstruida por el dueño de un cabello dorado y portador de una chaqueta roja, que venía caminando hacia mí.
—Justiniani—dijo.
—¿Uhm?—Pronuncié a duras penas mientras lo veía a los ojos. Si bien, no nos habíamos visto ni hablado desde lo sucedido.
—Me preguntaba. ¿Qué posibilidad hay de que adelantemos lo de hoy?
—¿Lo de hoy?
—Las tutorías...—Aclaró un poco confundido al notar mi reacción.
—¡Oh, eso!—Andaba con tantas cosas en la cabeza que había olvidado aquello.—Eehh... de hecho hay muchas posibilidades, ya que necesito la tarde libre.
—¿Lo haremos aquí?—La sorna bañaba su tono de voz.
—¿Te apetece hacerlo en otro lado?—Le seguí el juego viendo como me miraba de manera cómplice. —No nos dará tiempo, lamentablemente tendremos que hacerlo aquí.
—¿Lamentablemente?—Inquirió.
—Lamentablemente para ti que te entretienes con cualquier chica que ves.
Se ríe al escucharme, pero es que mentira no es.
—¿Qué hay de Mila? No logré despedirme ¿Aún sigue de visita en tu casa?
Su mirada me busca de inmediato y noto en ella algo de molestia y más al ver sus cejas arrugadas.—¿Es enserio?
—¿Qué?
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Lullaby: Don't break 《REESCRIBIENDO》
عاطفيةEl frenesí de la vida de Carlisle Justiniani, convertido en historia. ¿Podrán los amantes amar a Dios sin tontear con el Diablo? Prohibida las adaptaciones ©