Lullaby: Don't break 《REESCRIBIENDO》

¿Son pareja?

Capítulo 53

Nahin Pines

Me remuevo al sentir un cosquilleo y en mi hombro, llevo mi mano allí, sin querer abrir los ojos, pero en cuanto mi mano toca a Lullaby, me veo obligado a despertar.

La tengo recostada sobre mí y con la cabeza escondida en mi cuello y en menos de nada, vuelvo a sentir aquel cosquilleo y puedo percibir, que son sus sollozos.

—perdón, Nahin

Me inclino hacia un lado, descansando mis labios en su frente

—¿me perdonas? —sigue escondida en mi cuello

—fui un idiota ¿sabes?

—te amo y me aterra la idea de no tenerte, me asusta en la persona que puedo llegar a ser sin ti—la dejo seguir mientras que mi mano le hace una leve caricia en la espalda—me da miedo el solo pensar que no te tendré aquí conmigo, no sé qué me hiciste Nahin Pines, pero te amo con todo mi cuerpo y alma y me sorprende ver cómo me tienes—dice—me tienes como una maldita embobada—ríe y ya me ha alegrado toda la mañana

—¿no le darás un beso de bue día a tu hermoso novio?

Apoya sus brazos en mi pecho, dejando que el negro cabello le caiga tras los hombros, sus carnosos labios marcan una sonrisa genuina y veo el rastro de las lágrimas en sus mejillas, así paso mis pulgares por sus mejillas, eliminando todo eso.

Elimina todo espacio que había entre nosotros, y me da un beso suave, deleitándome con el maravilloso sabor de sus labios.

Algo me desconcentra, haciéndome sentir, su pelaje peludo en mi brazo izquierdo y a la vez, empieza a lamerme ¿y quién creen que es?

—¡Dippy! —Lullaby baja de mí—ven aquí bebé—lo toma entre sus brazos y empieza a darle besos

—juro que odio a ese perro

—no seas así—voltea a verme y hace pucheros—dale un besito a papi, amor—acerca el perro a mi rostro y este empieza a lamerme

—¿ves? Dippy te quiere

—me quiere robar al amor de mi vida, eso es lo que quiere—la tomo por la cintura y la tumbo sobre mí

—deja el drama, Nahin

—deja al perro, Lullaby

El perro baja de la cama y aprovecho para besar a mi novia y hacer leves caricias en forma circular, sobre su muslo.

—¡aquí están mis tortolitos! —Lullaby y yo miramos en dirección de la puerta y son sus seis amigos los que acaban de irrumpir en la habitación y seguidos de Asher, los seis se abalanzan sobre nosotros

—¿Quién carajos le dijo que podían entrar? —gruñe Lullaby

—tú sabes que no necesitamos invitación, bebé—es Matías quien habla, mientras Nathan se escabulle por debajo de las mantas y queda en el medio, separando a mi novia, de mí

—¡oye! —me quejo

—Nahin, amor, vinimos a robarte a Bunny—habla Asher— necesitamos un día de hermanos

—¿y que se supone que haré yo?

—Neem nos pidió que te dijéramos que te arreglaras porque saldrías con ella—anuncia Beck

—¿mi madre? —se intriga

—sí querida—y Neem aparece bajo el umbral

—¿Qué harán?