Cuando El Miedo Nos Ciega

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Capítulo 72

Nahin Pines

—¿Feliz?—dice sentándose en mi cama, pues luego de un pequeño berrinchito, aceptó quedarse conmigo.

—Claro que sí. Ven aquí—tomo sus manos, invitándola a que se ponga de pie

—Ahora debes prestarme algo para dormir

Sus palabras me hacen sonreír—¿Para qué? Si te puedo tener desnuda

—Ya vas a empezar con tu calentura

—Sshh—restriego mi barbilla en su cuello, provocándole cosquillas y de paso sigo la tira de su vestido, depositando cortos besos hasta caer en el escote en v, mientras mis manos le hacen cariños en la espalda, entreteniéndola, a la hora de tomar las tiras de aquel y lograr sacárselo. Teniéndola total mente desnuda frente a mí, viéndola como la primera vez. Como niño admirando lo más grande para él.

—¿Me concedes un deseo?

—¿Cuál?—dice en un susurro suave, en lo que me mira a los ojos

—Déjame admirarte esta noche, cédeme el poder de ser yo quien te de placer, solo por esta noche

—¿Y que hay de las demás?

—tú decides.

Permite que le vende los ojos y que la recueste sobre las sabanas oscuras. La veo respirar calmada y con labios entre abiertos, mientras me voy desabotonando la camisa, admirando cada espacio de su cuerpo desnudo, descubriendo que su belleza va más allá de un rostro hermoso, mucho más allá de sus carnes desnudas. Que más bien parece una ilusión creada realidad, un sueño del cual no quieres despertar, porque te trasmite tanta felicidad y paz, que quieres vivir en él para siempre, pues yo quiero vivir en ella por siempre.

Me cierno sobre su cuerpo, tomando el apoyo de mis brazos y como si nunca antes los hubiese probado, toco sus húmedos labios, sumergiéndolos en un beso dulce y apacible, haciendo que su boca me extrañe, cuando la abandono para besar el recorrido de su cuello, pintando su piel con besos delicados, encajando mi boca en uno de su pechos, arrancándole suspiros cuando mi mano le toma el otro y le hace caricias suaves.

Sigo mi recorrido por su piel, besando y mordiendo su abdomen, sintiendo como sus manos me empujan para que caiga en el lugar donde ella me quiere, pero se las sujeto, pues ella me cedió el poder y hoy vamos a mi ritmo, a mi paso y a mis reglas.  Esta noche quiero tomarme mi tiempo y probar cada parte de ella, sin apuros, ni prisa, porque hoy, será totalmente mía.

Empieza a buscarme cuando no me siente, pues es como si la tuviese por primera vez, es como si aún estuviese procesando, que todo eso que imaginé, de verdad se hizo realidad. Que esa chica que vi llegar el primer día de universidad, acompañada de tantos chicos y a la cual traté de acercarme y simplemente me pasó de largo como si yo no existiera, es la misma que hoy tengo a mi lado y esperando por mí. Viéndola como algo irreal.

Tomo su mano y la dejo sobre mi mejilla para que me sienta—Aquí estoy, solo que no me creo que en realidad te tengo y es gracioso, pues tenemos más de un año juntos

Con una sonrisa en sus labios, me acaricia el rostro con sus manos suaves, haciéndome cerrar los ojos con su tacto—puedes admirarte después, ahorita te necesito

—sin apuros, amor mío—le digo con una sonrisa entre mis labios, sonrisa que ella acaricia con las yemas de sus dedos

—¿Eres feliz?

Lullaby: Don't break 《REESCRIBIENDO》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora