━✧¿Carlisle Justiniani O Lullaby Mikaelson?✧━

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Nahin Pines

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Nahin Pines

Era sorprendente lo mucho que había resistido, mi piel ardía bajo las gruesas sogas que me ataban. Sin embargo, aquello era lo que menos me importaba en esos instantes.

No tenía idea de que era lo que querían conmigo.

No tenía idea de porqué estaba allí. 

¿Y lo peor?

Era obvio que de aquel lugar, no saldría con vida, aún sin saber el porqué de porque yo.

Mi mente divagaba creando un sin fin de teorías.  Pensar que mi padre había caído en lo errado como para encontrarme en esa situación, se me hacía difícil de creer.  Él no era de los que buscaban el camino fácil. Mucho menos aceptaba ayudas sin saber de donde provenían. ¿Entonces, por qué estaba allí?

Mi cabeza cae hacia atrás, resignándome en seguir atormentándome y torturándome con ideas sin sentidos, de todos modos en un rato si que empezaran las verdaderas torturas, porque definitivamente no me han traído hasta aquí, solo para dejarme encerrado en estas paredes cubiertas por el moho.

El calor y el silencio comienza a hostigarme, desesperándome a la vez.  Llevándome a la expectativa de que es lo que harán conmigo, de todas maneras, debo elevar la cabeza cuando escucho las pisadas pastosas del que sea que viene hacer acto de presencia.

Un castaño aparece en mi campo de visión.  Su postura recta e intimidante es lo que me obliga a no apartar la mirada.  Sus músculos totalmente relajados bajo la camisa blanca que viste, las mangas de aquella, remangada hasta sus antebrazos dejando apreciar la tinta de sus tatuajes, sus manos escondidas bajo los bolsillos de su pantalón negro.  Me da la espalda, solo detiene sus pasos, negándome el privilegio de conocer su rostro.

—Es decepcionante como tu conductor se vendió por unos miles.—Comenta de repente, su voz con un acento difícil de descifrar, revolotea en las paredes percudidas.

Pienso en Flavio y un dolor atraviesa mi pecho.  Y pensar que creí que le habían hecho daño, pues se me hacía difícil de imaginar que después de haber trabajado tantos años para mi padre, fuese capaz de traicionarnos de tal manera.

—Siquiera fue una suma tan grande.—Ironiza y una sonrisa nasal escapa de él.

Me mantengo en silencio, solo observándolo con fijeza, de todas maneras ¿Qué se supone que diga?

—¿Sabes?  En realidad mi problema no es contigo, pero eres mi medio para un fin.

Al fin se atreve a darme la cara, pero solo medio que me mira por encima de su hombro, por lo que no puedo observar a detalle su rostro.

Lullaby: Don't break 《REESCRIBIENDO》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora