Salida Con Los Towers

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Capítulo 70

Lullaby Mikaelson

La mansión Towers me recibe con puertas abiertas, saltándome el protocolo de seguridad, pues la hermosa Marlenne así da la orden.

Ésta me dedica un saludo rápido, pues va de salida y me indica que su esposo e hijo, se encuentran en el jardín.

Le dan paso a que Maheus entre con el auto y este se baja a abrirme la puerta en cuanto se estaciona.

Los rayos del sol, le brindan un poco de calor a mi piel un tanto descubierta en cuanto salgo del auto y empiezo a caminar hacia el jardín de los Towers.

Abdí es el primero en notar mi llegada, frunciendo el ceño cuando los rayos del sol recaen en su rostro, dándole una tonalidad mas canela y haciendo sus ojos plateados un poco más claros.
Sus labios rosados se expanden en esa sonrisa que no deja transmitir cosas tan bobas y que me hace sonreír de igual manera.

—Lullaby, nena—me saluda con ese gesto tan característico de él.  Dejando un beso tranquilizador en mi frente, permitiendo naufragar en su aroma dulzón.

Júlian también se hace presente, quejándose por haber saludado primero a su hijo y luego a él, cosa que me hace reír.

Júlian me envuelve en un abrazo, pasándose por el forro mis quejas.  Después de ambos atentados, se a puesto más demostrativo de afecto de lo normal, que de por sí, ya era bastante cariñoso, ahora anda peor.

—¿Qué trae a la jefa a mi humilde hogar?—dice Abdí

—Todos andan ocupados y pues, vine a invitarlos a salir, pero Júlian...—reparo su pinta de presidente—te pido por favor que te cambies de atuendo, pues las reuniones las atendemos los lunes.  Creí que ya sabías eso

Me mira mal y su hijo suelta la carcajada.

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—No inventen—chilla Júlian después de que a su hijo le de por querer tatuarnos

—¿Tienes miedo?—indago de manera divertida, viéndolo a los ojos y sintiéndome un poco chiquita al lado de ellos dos

Carraspea—Júlian Towers no le tiene miedo a nada ¡Por Dios!

—ajá—rio—yo conozco la historia de tu tatuaje en la espalda, Júlian—canturreo viéndolo de soslayo, para ver su reacción, pues en realidad no conozco ni una historia.

—¿Qué historia?—se hace el desentendido.

Júlian termina por hacerse el valiente y aunque sepa controlar el pequeño atisbo de miedo que quiere asomarse por sus ojos, lo noto.

Los que velan por nuestra seguridad se quedan fuera del local de tatuajes, solo entrando con nosotros, tres de ellos.

Al parecer la dueña del lugar, es quien nos atiende, enseñándonos los modelos que tiene y dándonos un par de sugerencias y no pasó por desapercibido las miradas que le dedica a Abdí, miradas que de una forma u otra, me inquietan.

Terminamos por elegir el diseño y la chica pelinegra con puntas moradas, que además es la dueña del lugar y la que no ha dejado de comerse a Abdí con la mirada, nos indica que la sigamos y por suerte nos tatúan a los tres en la misma sala, pero obvio, ella se va por Abdí y a mí y a Júlian, nos tatúan sus trabajadores.

Dejo al joven chico de bonitos ojos, hacer su trabajo, mientras me entretengo en el móvil, mandándole un mensaje a Nahin, el cual me responde al instante, haciéndome sonreír.

Lullaby: Don't break 《REESCRIBIENDO》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora