61

706 53 3
                                    

-Narra Lisa-

Cuando pude darme cuenta de lo que realmente ocurría, Taeyang estaba tirado en el suelo. Su rostro sangraba al igual que mis manos. Taeyang era un hombre fuerte, pero mi adrenalina estaba por las nubes y contra eso no se podía hacer nada. Ese pequeño descuido entre mi cordura y mis ganas de matarlo lo aprovechó para tomarme de los hombros y tirarme contra el escritorio. Sentí un fuerte dolor, pero pensé que así estaba mucho mejor. Esperaba que Taeyang se defendiera y eso me daría excusas para golpearlo. Seguro me llevaría unos cuantos en el camino, pero también contaba con eso. Dolor para alejar el dolor. Nada más proporcional que eso.

Taeyang se abalanzó sobre mí, pero pude esquivarlo en el último momento. Sabía que la próxima vez no tendría tanta suerte, por eso me levanté con rapidez y lo golpeé en el estómago. No fue lo suficientemente fuerte, por lo que él se movió casi tan rápido como yo lo había hecho y esta vez su golpe fue mucho más certero. Por más que traté de esquivarlo llegó hasta mi rostro; no con la potencia que debía, pero considerando nuestras diferencias de peso, fue suficiente para estrellarme contra el sofá y dejarme bastante aturdida.

Taeyang estaba listo para regresar a la carga, pero yo no para defenderme. Me sentía mareada, pero el juego no termina hasta el out 27, así que no caería tan fácilmente. De pronto mi secretaria entró a la oficina acompañada de tres guardias de seguridad de la empresa que inmediatamente sujetaron a Taeyang. Eso era lo bueno de ser la jefa, pero era una lástima. Yo hubiera querido un poco más, aunque tenía que recobrar la cordura, esto no me estaba llevando a ningún lado. Todo me hundía más y ese era justo el lugar donde ellos me querían tener. En la profundidad de mi infierno.

—Lárgate, Taeyang, no quiero volver a verte aquí —le exigí.

Taeyang forcejeaba con los guardias de seguridad. Estaba muy molesto. Seguramente esperaba sacarme de mis casillas, pero no fue lo que encontró.

—¡Eres una perra! —escupió con rabia—. Voy a destruirte con mis propias manos.

—¡Sáquenlo de aquí ahora mismo!

—Jennie es mía y quiero que eso te quede claro.

No pude evitar reaccionar a eso.

—Ella es únicamente mía y su lugar está a mi lado. Eso tienes que metértelo en la cabeza, idiota —estuve a punto de saltar sobre él de nuevo. Cuando se trataba de Jennie, mi cordura se volvía añicos.

—Te lo advierto, Lisa, y que te quede muy claro. Si ella se empeña en estar contigo, voy a quitarle a su hijo. Que de eso no tenga duda —gritó mientras lo sacaban a la fuerza de mi oficina.

Yo aún hervía de la rabia, pero sus palabras resonaron varias veces en mi cabeza.

Una vez que sacaron a Taeyang de mi oficina, mi secretaria se empeñó en recoger todas las cosas que había tiradas en el suelo, pero yo se lo impedi, realmente necesitaba estar sola. Lo que había pasado con Taeyang me desbordó. Y no solo físicamente, tambien emocionalmente.

Mi soledad no duró mucho. A los pocos minutos Jisoo entró a la oficina.

—¡Por dios, Lisa! ¿Puedes dejar de meterte en líos?

—Parece que no —respondí cansada.

Se detuvo unos metros frente a mí, luego avanzó todo lo rápido que le permitía su embarazo a revisarme la cara. Grité del dolor que me produjo al tocarme.

—Jisoo, por favor, con cuidado.

—Debemos ir al médico —dijo mirando con preocupación mi pómulo.

—No es para tanto.

—Tienes un fuerte golpe en la cara. Te digo, se te va a poner feo.

—Mejor dime qué haces aquí —le pedí apartando sus manos de mi—. ¿No deberías estar en casa descansando?

El Amor No Tiene Escape[Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora