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Lisa no podía dejar de mirar a Jennie. La mujer era bella, demasiado bella. Tenía un cuerpo moldeado por los dioses. Todo estaba en su lugar y en buenas proporciones. Con sólo mirarla sentía que su cuerpo se tensaba. Parecía una chica honrada y también orgullosa. Ella pudo decir que necesitaba dinero para pagar el taxi y Jisoo se lo hubiera dado, pero no se fue por ese camino. Lisa estaba segura de que se habría ido caminando sino se hubiera ofrecido a llevarla. Era humilde, pero no estaba dispuesta a usar eso para ganar puntos en el trabajo. Ni tampoco para inspirar lastima. Jennie había vuelto a sentarse y revisaba unos documentos mientras Lisa permanecía en silencio en la habitación. Estaba consciente de su presencia y que la mujer la miraba de vez en cuando, aunque intentaba disimularlo. Lentamente se giró hacia Lisa un poco, para sacudir la leve inquietud que la mirada de la abogada le producía. Lisa la miró a los ojos. Esos ojos claros como la oliva.

Apenas pudo reaccionar cuando Jennie le habló. —Gracias. Le agradezco mucho su ofrecimiento. No quería causarte molestias —dijo tímidamente.

—No. Por favor —Lisa descartó el agradecimiento con un gesto con la mano—. Nunca es una molestia llevar a alguien que lo necesita a su casa. Además, sería muy poco responsable dejarte ir sola a esta hora.

—Yo sé por qué lo haces. Te diste cuenta, ¿verdad? —dijo mirando a los ojos a Lisa con orgullo. Astuta como todo abogado, Lisa cubrió de nuevo las evidencias.

—No sé de qué hablas —frunció el ceño para hacer más sólida sus palabras—. Hay una linda chica que necesita llegar a casa y yo puedo llevarla. Es una de las cosas que mi padre me enseñó —concluyó Lisa sonriéndole coqueta y guiñándole un ojo.

Esto definitivamente no lo decía ninguna de las revistas que Jennie había leído. Lisa Manoban era un caballero con armadura y todo. Además, tenía los ojos Cafes más lindos que había visto en su vida.

—No es bueno espiar —susurró Rose a Jisoo al oído. Jisoo se sobresaltó. .

—¡Me asustaste, tonta! —dijo está golpeándolo en el brazo y también susurrando—. Además, no espío. Sólo trato de entender qué pasa. Te confieso que inicialmente pensé que Lisa estaba tramando algo y me molestó mucho. Esa chica es buena de verdad, pero ahora que lo veo bien, actúo de muy buena fe.

—Vamos, Jisu. Deja de hacer de Cupido. Lisa puede encontrar el amor sola —dijo a Jisoo sabiendo de la insistencia de su esposa por meter a Lisa en una relación seria.

—Rose, por favor. Lisa no puede encontrar ni sus pantalones sola. Menos el amor.

—No sé, amor. Creo que Lisa usa calzoncillos —dijo Rose sonriendo.

Jiso la golpeó de nuevo, pero esta vez en el hombro por su intento de chiste. Luego entraron en la habitación donde estaban Lisa y Jennie.

—Bueno, chicas. A comer. La cena está servida.

El comedor era grande y bien decorado con un estilo clásico, pero sencillo que dejaba ver dos cosas: el buen gusto de Jiso y, claro, la inversión de una buena suma de dinero. La comida estaba caliente y el olor hacía despertar todos los sentidos. Jisoo le sirvió la comida a Rose. Jennie hizo lo propio con el suyo cuando miró a Lisa. Pudo notar de inmediato que la mujer de ojos Cafés esperaba a que Jisoo terminara de servirle a su esposa para que le preparara su plato. Aunque le pareció tonto y algo malcriado, comprendió que era una mujer acostumbrada a que la atendieran. Incluso, le sorprendió que no viniera alguien a servirles la comida; porque de seguro que Jiso no había cocinado, así que supuso que era para mantener su intimidad y entonces, casi sin darse cuenta, lo hizo. Ella tomó el plato de Lisa y comenzó a servirle la comida. No se dio cuenta de lo que había hecho hasta que puso el plato frente a la abogada quien la miraba perpleja.

El Amor No Tiene Escape[Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora