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Jennie y Lisa pusieron rumbo a la casa de la playa. Cuando estaban llegando, Lisa dijo:

—Jennie, vas a decir que llegamos juntas porque me llevaste unos papeles. De lo contrario, van a pensar que estamos juntas y eso no es bueno para ti. Relaciónate con el grupo, yo voy a hacer algo de ejercicio y luego regresaré. Estaré con Rose y Jisoo. Si me necesitas, búscame.

A Jennie le entristeció un poco que Lisa no pueda estar más tiempo junto a ella, que su plan fuera mantener la distancia.

—Oye, podemos llegar juntas. No tengo problemas con eso.

—Claro que lo tendrá. Mira, yo vivo con eso todos los días, así que vamos a hacer lo que te digo.

—Pero podemos estar juntas —reiteró Jennie.

—Claro que sí —dijo Lisa sonriendole tiernamente, pero sabía que no era verdad. A los empleados no les gustaba estar con los jefes.

Jennie comprendió que Lisa tenía razón cuando se acercó al grupo y la miraron de forma extraña; luego les dijo que estaba llevándole unos documentos y todo volvió a la normalidad.

Unos de los becarios se acercó al grupo y dijo:

—Nos explotan. En especial esa invertida. Es de lo peor —dijo con desprecio.

—No le digas así —le pidió Jennie reprimiendo la ola de rabia que la invadió al escuchar hablar al becario.

—¿Me vas a decir que tú también lo eres? —preguntó el joven con tono de burla.

La respuesta fue interrumpida cuando se acercó a ellos Momo tambien becaria de la empresa, con un traje de baño tan diminuto que hacia que el de Jennie se viera como el de una monja.

—Ella no lo es, pero yo si. ¿Hay algún problema? —preguntó Momo al becario de forma amenazante.

El joven se quedó con la boca abierta y no dijo nada. Dio la vuelta y se fue hacia otro grupo.

De igual modo, ya Jennie no escuchó ni una sola palabra. Lisa acababa de llegar y se metió bajo la ducha de la piscina para quitarse el sudor. Su cuerpo, activo por el ejercicio mostraba más su esbelta figura; luego, con gracia, se lanzó al agua de la piscina y nadó hasta donde estaba ella. Subió las escaleras y le dedicó una sonrisa.

—¿Todo bien por aquí? —preguntó Lisa.

Momo respondió de inmediato, acallando lo que otra persona pudiera contestar.

—Si, muy bien. Ahora mucho mejor —dijo de forma insinuante y sonriéndole seductoramente.

Lisa fijó sus ojos en Momo recorriendo todo su cuerpo y le sonrió con una mirada desafiante, pero tentadora. Eso no le gustó para nada a Jennie. En ese momento, regresó el joven becario que hacía unos minutos atrás la había insultado y dijo:

—Que bueno que vino, señora. Justo les preguntaba a las chicas por usted. Ahora estará más animada esta fiesta —dijo levantando su vaso a modo de brindis.

Sin embargo, Lisa no se dejó conquistar por los falsos alagos. Sabía reconocerlos. <<Hipócrita>>, pensó Jennie.

En ese momento, Momo se acercó a Lisa y le acarició sutilmente el brazo.

—Veo que te ejercitas —dijo mirándola de nuevo seductoramente.

—Sólo un poco —replicó Lisa con una tonta sonrisa en su rostro.

Jennie no lo soportó más.

—Lisa, ¿podemos hablar en privado?

—Claro.

El Amor No Tiene Escape[Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora