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Jennie se levantó más temprano que Lisa y aprovechó para mirar el apartamento. La noche anterior no pudo fijarse mucho en él. El lugar se parecía a la casa de Jisoo, pero este era más frío. Todo estaba en color blanco y negro. No se sentía calor de hogar. La estufa parecía casi nueva, se notaba que no la usaba mucho. La nevera y los armarios estaban vacíos.
<<Dios, ¿Cómo vive esta mujer?>>

El lugar que se veía más confortable era el área que consideró de entretenimiento. Había un televisor enorme, un Blue Ray y un Home Teather. Definitivamente, todo era de alta tecnología. También había un sofá muy cómodo y grande, cojines muy acolchados y, <<al fin>> pensó Jennie, un par de fotografías.

En la primera, estaba Lisa con los que creyó eran sus padres. Era muy vieja y se veía borrosa. Fue difícil de distinguir y en la segunda, estaba con Jisoo. Ambas eran muy jóvenes.

Siguió mirando y vio una repisa con trofeos y medallas. <<Se nota que es toda una atleta>>. En cambio su título de abogada no estaba enmarcado en ningún lado, un detalle que le pareció bastante curioso. Ella siguió adelante y se encontró con un bar muy bien surtido. Demasiado surtido para su gusto, aunque tenía que reconocer que había una buena variedad de bebidas.

La habitación de Lisa también le dio la sensación de ser muy fría, casi vacía. Solo tenía una cama, un baño y un armario con su ropa; nada más.

Jennie imaginó que sería una lujosa habitación, tipo hotel a donde Lisa solía llevar a sus conquistas, pero recordó un reportaje donde la periodista decía que sus relaciones eran sólo aventuras fugaces y que nunca las mezclaba realmente con su vida personal. <<Bien, basta ya de curiosear. Esa mujer necesita comer algo cuando se levante y con lo que tiene en su cocina, tendré que hacer un milagro para poder preparar algo>>.

Lisa despertó sola en su cama con un fuerte dolor de cabeza, buscando un cuerpo caliente, pero sólo encontró una almohada.
<<Definitivamente fue un sueño>>, se dijo.
Entró al baño y se dio una buena ducha. Se puso una bata y caminó hacia la cocina.

De pronto, se detuvo al ver la figura de una mujer.
—Jennie —dijo Lisa totalmente sorprendida—, ¿qué haces aquí?
Esta rió ante su cara de sorpresa.

—¿Cómo crees que llegó su majestad ayer a su cama? —preguntó con divertida ironia—. Además, me tocó adivinar tu dirección.

—No fue un sueño, ¿dormiste conmigo? —preguntó con un asomo de sonrisa en su rostro.

—Al otro lado de la cama —mintió.

—¿Pero...cómo?

—Come primero. Te preparé el desayuno. Por cierto, fue alto difícil ya que usted no tiene nada en esta casa —dijo a modo de regaño.

Lisa se sintió apenada por eso, así que se dirigió medio cabizbaja a la mesa.
—Muchas gracias —dijo y se sentó.

Jennie salió de detrás de la barra de la cocina y le dijo: —Tenemos que hablar.

Llevaba puesta una camiseta de Lisa que le llegaba hasta los muslos y la abogada se quedó totalmente embobada ante la imagen. Jennie se dio cuenta que estar vestida así era demasiada distracción para Lisa y hasta que no se vistiera, no existía forma que le prestara atención. Esa mujer le había seguido a un hotel, se la estaba comiendo con la mirada y ella sólo podía pensar en que le gustaba.

—Me voy a duchar mientras desayunas y luego hablamos —dijo—. ¡Ah! Lisa, ¿cómo es posible que un apartamento tan grande tenga sólo una habitación?

A pesar de que Lisa escuchó la pregunta, no pudo responder. Jennie se rindió, así que se dirigió a la habitación.
Lisa no lo podía creer. Jennie se había quedado en su casa, le preparó el desayuno. Le fue a buscar...tenía muchas preguntas.

El Amor No Tiene Escape[Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora