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-Narra Lisa-

Cuando ví a Jennie a mi lado, todas mis alarmas se encendieron. No podía permitir que algo la pasara. No ahora que llevaba a nuestro hijo en su vientre.

—He llamado a la policía, así que ellos pronto estarán aquí —habló dirigiéndose a mi tío. La rabia y el miedo eran evidentes en su voz—. Le recomiendo que baje su arma y se entregue ahora. No se busque más problemas.

Mi tío rió con fuerza sin dejar de apuntarnos.

—Eres hermosa y, sinceramente, pensé que eras más inteligente. ¿Crees que eso es lo que me preocupa? —respondió mirándola, pero luego puso sus ojos en mí—. Yo lo único que quiero es acabar con esta mala hierba, reflejo del imbécil de mi hermano.

Apuntó de nuevo su arma hacia mí. Jennie intentó interponerse, pero no se lo permití. Las imágenes del primer enfrentamiento que hubo entre los dos donde ella había salido herida vinieron a mí. Logré dejarla justo detrás de mí. Aquella escena no se repetiría.

—Jennie, tienes que cuidar a nuestro hijo —le susurré girando un poco mi cabeza, pero sin apartar los ojos de mi tío.

Eso la hizo dudar un poco y mantener su posición detrás de mí, pero sabía que no duraría mucho, así que tenía que pensar rápido.

—Es a mí a quien quieres, así que déjala ir.

—Tal vez matarla a ella sea más placentero que matarte a ti —dijo y dirigió el arma hacia Jennie.

Eso me desencajó. No podía soportar que algo le pasara a Jennie por mi culpa, así que di un par de pasos hacia él.

—Siempre fui yo quien te molestó. Siempre fui yo quien se atravesó en tus planes.

—Así es —respondió poniendo su atención solo en mí.

—Supiste que el día que nací habías perdido todo. Yo era la consolidación del amor entre mis padres.

Esta vez di dos pasos más.

—Tú eres la que debió morir, pero sobre todo, lo mereces desde el día que intentaste quitarme mi empresa. Lo que era mío.

—Yo te la hubiera regalado si me la hubieras pedido, tío.

Un paso más.

Él sonrió.

—Eres tan tonta que no lo dudo, pero entonces apareció la zorra con la que te casaste.

En ese instante mi tío desvió el arma de nuevo hacia Jennie y vi toda la intención de disparar. Me lancé contra él.

El disparo se perdió en el aire. Escuché a Jennie gritar mi nombre, pero yo estaba enfocada en quitarle el arma. Él disparó de nuevo. Esta vez dio contra el coche.

Lo golpeé con el codo en el estómago, lo cual le hizo perder algo de fuerza. Sin embargo, aún no soltaba el arma. Me mantuve forcejeando con él y golpeando su brazo contra el suelo hasta que finalmente soltó su agarre. El arma apenas quedó unos centímetros de donde estábamos luchando.

Él trató de cogerla antes que yo, pero fui más rápida, así que le di con el pie alejándola más de nosotros.

Aprovechó ese momento y me arrojó al suelo, pero Jennie lo golpeó en la cabeza con una piedra. No fue un golpe fuerte, pero lo hizo titubear. Me levanté rápidamente y saqué el arma que llevaba en mi espalda y lo apunté.

—Ahora es mi turno de tener el control —dije con satisfacción.

Él me miró algo sorprendido, mientras se levantaba también, pero se repuso de inmediato. Una sonrisa se dibujó en su rostro.

El Amor No Tiene Escape[Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora