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Camino a la universidad, Lisa trató de hablar de cualquier cosa menos de lo que ocurría. Estaba siendo muy amable. No quería que ella se sintiera mal por eso y disminuir de cualquier forma el favor tan grande que la estaba haciendo. Jennie recordó que cuando miraba sus fotos en las revistas, nunca se imaginó que detrás de esa mujer fiestera y enamoradiza, existía alguien tan sencilla y de nobles sentimientos.

Rápidamente llegaron a la universidad y caminaron hasta la oficina de pago.

-Señorita -se dirigió Jennie a la encargada de la oficina-, quisiera pagar el semestre más el plus de graduación.

-Claro -dijo la administradora amablemente y comenzó a buscarla en el sistema. Un minuto después le entregó una nota con el coste de lo que había indicado-. Este es el coste por semestre y este por plus.
Adicionalmente, debe pagar todo el proceso administrativo, pero eso lo puedes hacer el próximo mes.

-Bien -Jennie sacó una tarjeta y se la entregó a la administradora-. De esta tarjeta se va a cobrar el Plus -indicó.

Un segundo después sintió que Lisa le tomó la mano y se acercó al mostrador evitando que entregara la tarjeta.

-Tome, señorita -Lisa la tendió su tarjeta a la encargada-. Cobre todo lo que sea necesario pagar. Absolutamente todo, por favor.

Jennie se quedó fría al escuchar eso y trató de replicar. Estaba bien que Lisa le ayudara, pero no podía dejar que se encargara de todo. Cuando iba a protestar, esta le apretó la mano y la miró con cara de que no aceptaría replicas. Ella abrió la boca para hablar, pero la abogada movió la cabeza en señal negativa. Unas personas que entraron a la oficina se les quedaron mirando, así que prefirió no decir nada, pero hablarían al salir de la oficina.

La administradora sonrió, tomó la tarjeta e inició el trámite. Una vez que terminó, le entregó el recibo a Lisa que, inmediatamente, se lo entregó a su amiga y salieron de la oficina.

Jennie estaba muy molesta con Lisa por lo ocurrido. Se cruzó de brazos y caminó a su lado, pero con la cara muy seria, mientras la abogada sonreía, aunque sabía que la becaria no estaba nada contenta.

-Vamos, deja de estar molesta conmigo -pidió.

-No sé cómo puedes pedirme que no esté molesta. Ese no fue el acuerdo.

Lisa sabía que no iba a ser fácil que a Jennie se le pasara la molestia, ya la conocía lo suficiente. Se dirigieron a la salida de la universidad.

-¿Qué tengo que hacer para que me perdones, Jennie? -preguntó mirándola y poniendo la famosa carita del gato con botas de Sherk.

Jennie no podía con Lisa. Era como una avalancha.

-Pues dejarme que te devuelva el dinero -fue la respuesta.

-Cualquier cosa menos eso -respondió Lisa poniendo de nuevo el mismo gesto.

-Tú vas a seguir poniendo esa carita, ¿verdad?

-Pues si -respondió sonriendo descaradamente.

Jennie pensó: <<Esta mujer es encantadora. Arrogante, pero encantadora>>, Entonces se le ocurrió algo.

-Bueno, lo dejaré pasar, pero con una condición -Jennie captó la atención de Lisa-. Déjame cocinar para ti. Yo compraré todos los ingredientes y te prepararé la cena -al proponerle esto, no había tomado en cuenta que Lisa podría tener algún otro compromiso. Se dio cuenta de ello de inmediato-. Claro, si es que no tienes alguna cita. He escuchado en los pasillos que no has comido muy bien últimamente.

-Me parece perfecta esa idea -ya estaban cerca del coche-. Y vámonos ya al supermercado porque tengo mucho apetito -dijo Lisa quien apuró el paso dejando a Jennie atrás.

El Amor No Tiene Escape[Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora