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—Buenas tardes —saludó Jiso al grupo de becarios que se habían reunido en la oficina—. Hoy es el primer día de sus prácticas. Son sólo seis semanas, pero van a trabajar duro. Ahora son quince personas. Para las prácticas largas, sólo quedaran siete y luego veremos qué pasa —les explicó—. Serán asistentes de las gerencias y rotarán cada semana. Los distribuiremos en cada una de las áreas y me reportaran a mí y a la Gerente de Recursos Humanos.
Comenzaron a nombrar a los becarios y enviaron los dos únicos pasantes hombres al área de los abogados. A algunas chicas no les agradó la idea, pues querían estar en el área de Lisa Manoban. Se corría el rumor de que era el camino fácil para quedarse dentro de la empresa, pero Jennie sabía que no era así. Por lo que había leído, Lisa se cansaba rápido de sus conquistas.
Al llegar su turno de saber a qué área sería asignada, Jennie quedó muy contenta, pues iba a trabajar en el área de Jisoo, justo donde quería comenzar, se dijo a sí misma.
Tanto los gerentes que asistieron a la reunión como los pasantes, salieron uno a uno de la oficina de reuniones para dirigirse al área que le había sido asignada.

La oficina de Jisoo estaba ubicada en el lado este del piso y, tras la reunión, volvió rápidamente a su puesto, pues tenía trabajo importante que hacer y muy poco tiempo. Previamente, le había pedido a quien sería su becaria, Jennie, que le buscara unos documentos en una de las gerencias que quedaban en el piso inferior.

Cuando Jennie finalmente llegó a la puerta de su oficina, ella fingió estar concentrada leyendo un documento. Al escuchar el toque en su puerta, levantó la vista e hizo un gesto que le indicó a la becaria que podía pasar. Jennie se adentró en la oficina hasta colocarse detrás de las sillas de visitante que franqueaban un enorme escritorio de color caoba.

—Buenos días, Sra. Kim. Para presentarme formalmente, soy Jennie Kim. Aquí tiene los documentos que me pidió — trató que su voz sonara firme y confiada, mientras le tendía una carpeta a la gerente. — Quiero que sepa que estoy a su total disposición y espero que me indique cuáles serán mis tareas para ponerme ahora mismo a trabajar en ellas —pidió mirando a los ojos a la gerente.

—Buenos días, Jennie —contestó la gerente con tono amable y sonriéndole a la mujer parada delante de ella—. Soy, Jisoo Kim —dijo mientras se levantaba y le tendía la mano. Jennie se movió rápidamente para estrechársela.

—Mucho gusto —contestó sonriéndole ampliamente.

—Por favor, siéntate —indicó una de las sillas.

Jennie volvió a sonreírle mientras se sentaba y observaba como Jisoo volvía elegantemente a tomar asiento frente a ella.

—A ver, ¿cuántos años tienes? —preguntó.

La pregunta sorprendió a Jennie, pensaba que iban a hablar de trabajo.
—Tengo veinticuatro años —respondió a pesar de sentirse algo desubicada

—Bien, yo tengo treinta. Apenas unos pocos más que tú, así que, por favor, no me llames señora. Dime Jiso —pidió.

—Está bien. — Jennie sonrió.

—Vamos bien entonces —dijo Jiso mientras se recostaba en su silla—. Antes de comenzar, primero que nada, quiero que me cuentes cuál área de la compañía es la que más te gusta y por qué quieres estar aquí.

Jennie se lo pensó un poco. Era una pregunta sencilla para ella, pero debía responder con propiedad y seguridad para dar una buena impresión. Nunca se tenía una segunda oportunidad en estos casos. «Y ante esta mujer, mucho menos», pensó.

—Precisamente esta es el área que más me gusta. Me alegró haber sido asignada para las primeras semanas, y creo que esta es la mejor compañía publicitaria del país. Pretendo ser la mejor, así que para serlo, definitivamente, tengo que empezar por aquí. Con los mejores —fue la respuesta de una nerviosa Jennie.

El Amor No Tiene Escape[Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora