Capítulo 6: Yo ayudándote, tú molestándome

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Habiendo demostrado todo aquello, yo ya no tenía más opción que ayudar a Daniel, pero ¿cómo lo haría? ¿Qué tenía que hacer?... No tenía ni la más mínima idea, y me parecía una ironía que hubiesen escogido a alguien que tiene tan poca idea del amor. Totalmente absurdo.

Sin embargo ya no tenía otra salida, ya me diría él lo que tenía que hacer.

Era fin de semana y ya había terminado mis deberes y había hecho mis tareas. Me puse a ver la televisión, cuando un rato después alguien llamó a mi puerta. Me dirigí a abrir preguntándome quién sería, no teníamos visitas muy a menudo. Abrí la puerta, vi que era Daniel y la cerré de inmediato. ¿Para qué rayos vino a mi casa en fin de semana?

Me regresé a ver la televisión ignorando los toques en la puerta. Minutos después ya estaba mi mamá abriendo la puerta y haciendo pasar a Daniel. Estaba encantada con él. No sé qué le habrá hecho a mi mamá. ¿Será que usó alguno de sus trucos con ella? Definitivamente no se lo perdonaré si así es.

-Emily... alístate de inmediato. Daniel está aquí. - Dijo mi mamá mientras se acercaba y apagaba la televisión.

-Ya lo sé.-Respondí- ¿Para qué me voy a alistar?

-Dice que tienen una cita hoy... No me lo habías dicho. -Se cruzó de brazos con gesto de enojo- Ya te dije que confíes más en mí.

-¿Qué? ¿Una cita? - dije levantándome del sillón. No sabía si enojarme o reírme- está realmente loco. No es mi novio mamá, no me mires así.

-Sí, si... como digas- Dijo y en ese momento me recordó tanto a Melissa. Lo que indicaba que tampoco me creía nada- Bueno, los dejo solos - Se dirigió a su cuarto. Yo me acerqué a Daniel que estaba sentado en la mesa de comedor.

-¿Qué estás haciendo aquí, Daniel? - dije cruzando los brazos.

-Estoy muy bien gracias ¿y tú?- Dijo ignorando mi original pregunta.

-Deja de bromear y dime de una vez que quieres.- Expresé comenzando a enojarme.

-Me alegro de que estés bien. - sonrió.

-¡Habla de una vez!- dije enojada. Daniel no hacía más que colmar mi paciencia.

- Ya, ya... cálmate niñita, te saldrán arrugas y a las mujeres no les gusta eso ¿verdad? - Lo que no me gustaba en ese momento era que me tratara como si él fuera un anciano y yo una niña de siete años.

-Deja de llamarme niñita... ¿acaso cuántos años tienes tú?

-Te sorprendería si te lo dijera. Pero en fin, ya que tienes tanto afán por saber qué hago aquí te lo diré seriamente. - dijo poniendo una cara bastante seria y tomándome la mano - ¿te quieres casar conmigo amor mío corazón de otro?

-Oh, por favor... tú nunca hablas en serio ¿verdad?- dije y quité mi mano. Rió a carcajadas y luego habló.

- ¿En serio no sabes por qué vengo? Creí que eras más inteligente, Emy...- Dijo mientras negaba con la cabeza- Debemos empezar hoy. Entre más pronto mejor.

-¿Hoy? - Pregunté ya que no imaginaba que tuviéramos que comenzar tan rápido. - ¿Y por qué tan pronto? Ah... y no me llames Emy.

-De acuerdo, Emy. Resulta que por la demostración de mis habilidades que tuve que hacer para que alguien me creyera,- Me miró fulminándome al decir "alguien"- han acortado el plazo.

-Ah... ¿o sea que dices que es mi culpa?- Pregunté frunciendo el entrecejo.

-Bueno... yo no diría... bueno sí. - dijo y pensé que en teoría tenía razón, pero creo que cualquiera en mi lugar hubiera hecho lo mismo ¿no? No podía simplemente creer en algo tan absurdo.

Enamorada de cupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora