Quería que ese momento se congelara, quería que nos quedáramos de esa manera para siempre. Yo estaba que no cabía de la felicidad. Daniel había vuelto, ahora él era humano y lo mejor... no se iba a marchar nunca más.
-Ammmm.... Emily- dijo luego de un rato en el que yo no lo soltaba. Aún estaba abrazándolo- ¿no crees que debamos ir a otro lugar?
-¿Otro lugar?-pregunté sin comprender.
-Bueno... aún está lloviendo y estamos en la calle.- respondió con algo de timidez. En ese momento reaccioné. Al parecer estaba en una especie de trance. Me alejé casi que violentamente y carraspeé.
-¡Oh, sí!- Dije - debo ir a casa.- aunque decía aquello sentía que si lo hacía, que si me alejaba... por la mañana él no estaría. Era una extraña sensación.
-Bien... te llevaré.- respondió sonriendo. En ese momento pude darme cuenta de que al parecer él estaba teniendo esa misma sensación.
-¿Tú? ¿Llevarme?- pregunté algo escéptica.
-Sí. Mi auto está por allá- dijo señalando hacia su derecha donde se encontraba ahora un Lexus LFA de color negro.
-Daniel...- empecé a decir entrecerrando mis ojos en señal de curiosidad. Antes no me lo había preguntado pero justo en ese instante, aquellas dudas vinieron a mí- nunca lo había preguntado... pero me resulta muy extraño. ¿Cómo es que tienes auto? ¿Cómo es que antes vivías tú solo en esa casa? Mejor dicho... ¿de dónde obtienes dinero?- me crucé de brazos esperando la respuesta.
-Ya hasta extrañaba tus típicas preguntas...- dejó escapar un leve suspiro. Luego sonrió.
-Responde.- dije fríamente.
-Está bien, te lo diré. Pero antes debo llevarte a tu casa.-insistió.
-Ok.- acepté y tomé el paraguas del suelo, ya que a pesar de que ahora estaba dañado, había sido un regalo de mi madre. Posiblemente tendría arreglo.
Caminamos hasta llegar a su auto. Yo aún seguía preguntándome aquello. Su condición económica era algo en lo que nunca me había puesto a pensar antes... pero ahora resultaba bastante extraño.
-Pero... ¿no está tu casa muy lejos de aquí?- dijo mientras conducía. La noche estaba bastante fría y ambos estábamos levemente humedecidos por las gotas de lluvia que habían caído. Yo sentía un poco de frío y al parecer él también porque encendió la calefacción.
-Sí...- respondí recordando que se me había pasado decirle- muy lejos. Es por eso que ahora vivo en un complejo de apartamentos. Arriendan habitaciones allí a estudiantes universitarios.
-Ya veo... así que vives tú sola en ese tipo de lugar.- expresó
-Bueno... movilizarme de la universidad hasta mi casa me tomaba tres horas en autobús y dos en taxi así que resultaba bastante complicado. Por lo que hace unos meses tomé la decisión. - dije recordando que en algunas ocasiones salía tarde de la universidad y dirigirme a casa era un problema.
-¿Y cómo lo tomó tu mamá?- preguntó mirándome por un rato, para luego posar sus ojos de nuevo al frente.
-Al principio parecía que iba a oponerse, pero al final no lo hizo. - Respondí pensando en que cuando le dije a mi mamá ella puso una expresión de gran preocupación, pero luego terminó aceptándolo- Sabe que es mejor de esa manera. Después de todo, llegar al complejo de apartamentos donde ahora vivo solo me toma unos quince minutos en taxi.- cuando tomé esa decisión de verdad me entristecían un poco. Justo cuando tenía a mi hermano tan cerca, era yo la que tenía que alejarse un poco. Por otro lado mi mamá estaría un poco solitaria, pero me consolaba el hecho de que muy poco estaba en casa y cuando lo hacía mi hermano estaba ahí para ella.
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Enamorada de cupido
Teen FictionLa vida pacífica de Emily Watson se verá alterada cuando "cupido" llegue a su vida... literalmente. Daniel, un chico aparentemente normal esconde un gran secreto y necesitará la ayuda de ella para poder cumplir con su misión. ¿Cómo hará Daniel para...