Enamorada de cupido

Capítulo 58: Cena y sorpresas

Escuché el sonido de la puerta abrir y entonces supe que mi madre ya estaba recibiéndolos. Al bajar estaba mi mamá con una enorme sonrisa, dirigida a una hermosa mujer bastante sofisticada que le devolvía la sonrisa. Al acercarme pude observarla mejor y me di cuenta de que las casualidades pueden darse más de una vez en el mundo.

-Ella es Vanessa- dijo mi hermano presentándomela, pero no podía ser otra chica. Era de piel clara, cabello rubio, rizado y ojos color café igual que los míos. No podía ser nadie más que ella. Una de las chicas que había aparecido en el cuaderno de Daniel. La pareja que no habíamos podido unir porque no había un sentimiento de amor entre ellos. (N.A: Más información capítulo 17 "No siempre es como esperamos").

-¿Emily?- dijo ella entrecerrando sus ojos para observarme con más detenimiento. Yo le ofrecí una sonrisa.

-¿Se conocen?- preguntó mi hermano con rostro de confusión, igual que mi mamá.

-Nos vimos una vez- respondí mirando a mi hermano. Él tenía abrazada a su novia.

-Sí. Emily me ayudó mucho esa vez, por eso aunque solo la vi una vez me acuerdo de su rostro y de su nombre- dijo mientras se acercaba a mí para darme un abrazo- gracias- me susurró.

-Esto sí que es una agradable casualidad- dijo mi hermano con una enorme sonrisa en su cara.

-Bueno, la cena ya está servida. Pasemos a la mesa- dijo mi mamá y todos nos dirigimos a la sala de comedor.

Yo estaba bastante sorprendida por ese hecho. Recordé cuando Daniel había dicho que a ella le tomaría algo de tiempo recuperarse para luego dejar entrar a alguien más en su corazón, y que por ese motivo otro guardián se encargaría cuando llegara el momento. Ahora, podía darme cuenta de que otro guardián había actuado con ella y mi hermano. Ambos se veían absolutamente felices.

-Y... ¿nos van a contar como es eso de que se habían visto antes?- dijo mi madre en medio de la cena, mirándonos a Vanessa y a mí.

-Sí. Sucedió una vez que me encontraba bastante triste, y Emily de casualidad pasaba por donde yo estaba e insistió en escuchar mis problemas- explicó Vanessa, poniéndome un poco incómoda cuando dijo "casualidad" ya que obviamente no había sido de esa manera.

-Valla. Esa sí que es una sorpresa. A duras penas me escucha a mí- expresó mi tan sincero hermano.

-Sí... pero no sorprende tanto como el hecho de que tengas novia... esa sí es una verdadera sorpresa- respondí guiñándole un ojo y a continuación tomé un poco de jugo. Tanto mi mamá como Vanessa rieron.

La conversación se fue poniendo cada vez más interesante y pude confirmar lo buena persona que me había parecido Vanessa. Pude notar que su actitud había cambiado bastante. Ya no se avergonzaba de su condición social y hablaba con mucho orgullo sobre lo buena estudiante que era y el hecho de que eso la había ayudado a obtener y a mantener su beca. Mi hermano también se veía muy orgulloso de ello y a mí me gustaba mucho que en mi familia no existieran ese tipo de prejuicios sociales. En medio de la cena, no pude evitar sentirme algo decaída porque al ver a Tobby con Vanessa, anhelaba estar con Daniel de esa manera, en una cena familiar y que mi familia supiera de nuestra relación.

Minutos después tocaron a la puerta y mi madre se levantó a abrir. Tobby, Vanessa y yo seguíamos la conversación.

-Claro que no. No te preocupes- escuché decir a mi mamá mientras su voz se hacía más cercana. Cuando me giré para verla me encontré con que se estaba refiriendo a Daniel quien se encontraba a su lado.

-¿Daniel?- pregunté no pudiendo ocultar mi sorpresa, ya que obviamente no lo esperaba- ¿qué haces aquí?

-Yo... tenía algo que hablar con tu mamá- dijo más como un susurro mientras al parecer se daba cuenta de que había más personas allí. Mi hermano lo observaba con detenimiento.