Capítulo 65: Extraña visita

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Seguía en mi cuarto sintiéndome un tanto nerviosa al pensar en Daniel, quien se encontraba en la sala mientras yo estaba cambiándome. Una sensación extraña, lo sé. Me levanté de la cama para sacarme el vestido y posteriormente colocarme una ropa que sí iba acorde con el clima que estaba haciendo. No podía evitar pensar que había sido una tonta al no tomar en cuenta ese pequeño detalle antes. Me coloqué unos jeans negros, una blusa color blanca y busqué en mi armario un abrigo de lana. Caminé hasta la zapatera y cogí unas botas que a diferencia de las zapatillas si abrigaban mis pies y los mantenían calentitos. Me los coloqué y salí de la habitación con el abrigo colgado de mi brazo.
-Ya estoy lis...- comencé a decir pero me detuve al observar la escena. Sin esperarlo una pequeña sonrisa se formó en mi rostro cuando vi a Daniel en el sofá. Estaba acostado en el sillón, con los ojos cerrados y los brazos cruzados. Puse el abrigo en una silla y luego no pude evitar el impulso de acercarme a él. Había estado trabajando muy duro estos días por lo que era comprensible que estuviera cansado. Además... preparar todo lo de la cita le había llevado algún tiempo valioso. Me arrodillé junto a él y lo observé más de cerca. Respiraba tranquilamente pero pude notar que su ceño estaba fruncido. Me pregunté si estaba teniendo algún tipo de sueño extraño. Aunque era más extraño que pudiera soñar en tan poco tiempo. Llevé mis dedos a su rostro y posé el índice justo en su ceño. Dejó de fruncirlo al tacto. Luego dirigí mi mano hacia su cabello sintiendo el impulso de acariciarlo. Al hacerlo, pude notar que media sonrisa se formó en su rostro. Me di cuenta entonces que, o bien estaba dormido y yo lo había despertado o por el contrario nunca había estado durmiendo. Por alguna razón la segunda opción me resultaba más acertada. Intenté alejarme pero al hacerlo Daniel me tomó del brazo y con una fuerza impresionante debo agregar, me atrajo hacia él. Ahora yo también me encontraba acostada en el sofá y él me tenía fuertemente abrazada.
-Da... Daniel- comencé a decir sintiéndome nerviosa por la incómoda situación. Intentaba apartarme pero mis esfuerzos resultaban inútiles cuando se trataba de él- creo que...
-Estaba teniendo un sueño muy extraño ahora mismo- susurró aparentemente alterado. Dejé de sentirme incómoda al escuchar su voz y dejé de intentar zafarme.
-¿De qué se trataba? - pregunté imaginado que se podía tratar de una pesadilla ya que al estar tan cerca, podía escuchar los acelerados latidos de su corazón.
- Yo... te estaba buscando por todas partes, pero... no te encontraba. Tú... en el sueño, yo... te perdía. - Me apretó con más fuerza. Podía sentir su respiración en mi nuca.
-No te preocupes. Fue solo un sueño. Solo eso.- intenté calmarlo.
- Lo sé. Pero se sintió tan real. Me asusté demasiado... yo...
-¿El gran Daniel Robbs, asustado? Eso sí que es un suceso. -Bromeé.
-Si se trata de perderte... No puedo evitarlo.- Pensé que había respondido a mi broma pero en lugar de eso respondió de manera tan seria que incluso asustaba.
-Fue solo un sueño. - repetí esta vez dándole palmadas en su espalda.
-Por eso necesito sentirte. Solo así puedo comprobarlo. - pude darme cuenta entonces la razón de su repentino y fuerte abrazo. Esta situación no resultaba muy diferente de la que yo había tenido días anteriores. Aquella terrible pesadilla en la que extrañamente había perdido a Daniel, y luego, al despertar sentía la necesidad de tocarlo y agarrarlo fuertemente para darme cuenta de que era real. De que aquello no había sido más que una terrible pesadilla.
-En ese caso...-dije tomando su mano entre las mías y posándola justo en mi pecho. El lugar donde estaba mi corazón.- ¿sientes mis latidos?
-No. - respondió de inmediato.
-¿En serio? Entonces debo estar muerta.- Ironicé.
-Bromeo... Claro que los siento. Laten fuertemente. Más rápido de lo normal. ¿Estás nerviosa por algo?- Preguntó posando su penetrante vista en la mía. ¿Pero qué tipo de pregunta era esa? Ya ven.... Eso pasar cuando intentas ser amable.
Nota: NUNCA sean amables con el chico que les gusta. Y no me vengan con que nunca hay que decir nunca. Eso está sobrevaluado.

-Claro que no. Mis latidos son normales.- Dije apartando su mano para que dejara de sentir mis latidos. ¿Que si estaba nerviosa? Claro que estaba nerviosa. Lo tenía a centímetros de mí.
-No. - negó con la cabeza- Normalmente deberían ser entre 50 y 100 palpitaciones por minuto... Y estoy seguro de que sobrepasas eso. Por mucho. ¿Acaso se debe a mí?- incluso sabía información de ese tipo. Pensé que algo como eso no lo sabría pero obviamente me había equivocado enormemente. Escondí una risita al imaginar a Daniel leyendo sobre palpitaciones humanas. ¿Había algo que ese tipo no supiera? Aparte de cocinar, claro. Aunque estoy segura de que si se propone a aprenderlo también lo haría muy bien. Su inteligencia siempre me ha sobrepasado. Es bueno es muchas cosas y... Esperen... ¿por qué estoy hablando de Daniel? Estaba hablando de palpitaciones. ¡No cambien el tema!
-Debemos irnos. Se hará tarde para ir a ver los fuegos artificiales.- intenté cambiar de tema. Aunque era verdad que se estaba haciendo tarde. No quería perderme el espectáculo. Me levanté y Daniel se quedó en el sillón, aunque ahora estaba sentado.
-Creo que aún hay tiempo... Si quieres podríamos seguir hablando de esos... - señaló mi corazón mirándome con picardía- irregulares latidos.
-¿Por qué piensas que me interesaría hablar de eso?- pregunté cruzándome de brazos con actitud desafiante.
-No pienso que te interese. Me interesa a mi.- Dijo con un mínimo rastro de alteración en su voz.
-Entonces permíteme cambiar la pregunta ¿por qué te interesaría hablar de eso?- lo fulmine con la mirada.
- No sé ¿tú qué crees?- levantó una ceja.
-Yo... Creo que estás loco, y que deberíamos irnos ya.- respondí señalando mi muñeca, simulando el TIC TAC del reloj.
-Creo que he descubierto que también puedo ser egoísta. No quiero que tu corazón se acelere así por alguien más. Quiero que tú solo seas mía y de nadie más.- me quedé con la boca abierta, no literalmente claro, pero escuchar a Daniel decir algo así de manera tan directa realmente me impresionó.
-Vaya... No sabía que fueras tan posesivo.- dije al fin.
-Lo soy con las cosas que me importan.- respondió sin titubeos.
-Interesante saberlo. Espera... ¿Tiene esto que ver con el sueño que acabas de tener?- pregunté pensando que de ser así el sueño le había impactado mucho.
-Sí. Mucho.- afirmó.
-¿Que fue exactamente lo que soñaste?- pregunté no pudiendo aguantar la curiosidad que me invadía. Quería comprobar que tan similar era al que yo había tenido hacia solo unos días.
-Solo algo que no quiero que ocurra. Perderte...
-Eso no ocurrirá.- dije al parecer restándole la importancia que Daniel le daba.
-¿Estas segura?- preguntó seriamente mientras se levantaba del sofá y se acercaba a mí.
-¿Por qué me preguntas eso? - dije intentando adivinar lo que pasaba por su cabeza.
-No lo sé, ¿podrías responder?- insistió.
-Estoy segura.- Respondí mirándolo seriamente. De esa manera veía que estaba hablando en serio.
-Bien.- suspiró- Vámonos.
Tomé mi abrigo y me lo coloqué con ayuda de Daniel. Él insistió en hacerlo... Aclaro. Ejem... Ejem...
Salimos del apartamento y él aún se veía alterado por el sueño que había tenido. No pude evitar pensar que aquello era sumamente extraño. Yo también había tenido sueños constantes en los que perdía a Daniel. En los que él se iba de mi lado a causa de mí. Si aquello tenía alguna similitud o relación con el de Daniel, nada bueno podría entenderse de eso. Llegamos al lago donde pronto iniciaría la función de fuegos artificiales.
-¿Emily?- escuché una voz familiar que me hizo girar de inmediato.
-¿Patrick? - pregunté al verlo. Se veía levemente diferente pero pude reconocerlo.
-Cuanto tiempo sin verte.- se acercó a mí y me dio un fuerte abrazo- Mírate. Cada vez más hermosa.
-No puedo creer que estés aquí.- dije sintiéndome algo melancólica. Muchos recuerdos venían a mente en ese momento. Algunos felices, otros no tanto pero de igual manera apreciaba el hecho de que nos viéramos de nuevo. Él había representado a alguien muy importante para mí. Le debía muchas cosas.
-Valió la pena venir a este lugar aunque estuviera lejos. Verte de nuevo sí que ha sido una sorpresa.- Nos apartamos pero tomó mis manos entre las suyas. Daniel carraspeó.
-¡Oh! Robbs está aquí. No lo había notado.- Expresó Patrick mirando a Daniel como si acabara de darse cuenta de su existencia. Pero obviamente mentía, cualquiera podía darse cuenta de la presencia de Daniel. Estaba junto a mí. Patrick seguía sin soltar mis manos. Yo intenté hacerlo luego pero Patrick las sostenía fuertemente.
-Qué extraño. Sé que no paso desapercibido.- Daniel tuvo que intervenir acercándose más a nosotros y soltando nuestras manos de inmediato. Patrick frunció el entrecejo y Daniel profirió una risa malvada- Prueba de eso es que aún recuerdes mi apellido... Yo difícilmente me acuerdo del tuyo, ¿Mc...?
-McLaren.- respondió Patrick fríamente.
-¿Estas solo?- intervine para intentar romper la terrible tensión que había entre esos dos. Las cosas podrían complicarse si seguían de esa manera. Conocía a Patrick, posiblemente habría cambiado en este tiempo pero también podría pensarse que no. Y el Patrick que yo conocía jamás iba a ese tipo de eventos sólo.
-¿Por qué? ¿Te gustaría hacerme compañía? - Mis esfuerzos siempre acababan por romperse con comentarios de esa clase.
-¡Patrick!- Gritó una voz que también me resultaba conocida. Ella posó su vista en Patrick este le sonrió, luego con la mirada le indicó mi dirección. Al mirarme el gesto de sorpresa no pudo ocultarse.- ¡No puede ser! ¿Emily y Daniel?
- ¡Licy! - Me acerqué a ella y la abracé. Encantada de que hubiera aparecido justo en ese momento. Un minuto más y el caos se hubiese desatado. Debieron ver el fuego que ardía en los ojos de Daniel al escuchar el último comentario de Patrick. Licy había salvado la situación.
-¡Estás muy linda!- exclamó.
-También tú- respondí.
-Gracias. Hola, Daniel- se acercó y lo abrazó también.
-Gusto en verte, Licy- dijo él.
- Así que vinieron juntos...- murmuró ella- veo que las cosas van bien.
- Así es- contesté- ¿y tú con quien viniste?
- ¿No les has dicho?- dijo ella mirando con gesto reprobatorio a Patrick.
- ¿Qué? ¿No me digas que ustedes...?
-Sí- asintió ella enérgicamente- vinimos juntos- ella entrelazó sus dedos con los de Patrick y al ver que él no se rehusó entendí que debía ser verdad- Estamos saliendo.
- ¿De verdad? Quién lo diría...- ironicé al recordar las veces en que habíamos hecho trabajos juntos y ellos siempre tenían puntos de vista diferentes. Polos opuestos a morir. El rostro de Daniel, más que sorpresa indicaba duda. Lo que resultaba totalmente fuera de contexto.
- Sí. Tengo que contarte muchas cosas. - dijo, luego se acercó a mí y me tomó del brazo. - lo siento, chicos. Esto es conversación de chicas. Ahora volvemos. No se muevan de aquí.
-Creo que esa no es una buena idea...- Dije mirando a Daniel y a Patrick reiteradamente. ¿Acaso eran perros peleando por su territorio lo que mis ojos veían?
-¿Por qué? ¿Acaso no se llevan bien esos dos?- dijo ella en broma ya que obviamente podía leer la atmósfera.
-No.- concreté.
-Podrán esperar un rato.- dijo restándole importancia. Yo miré a Daniel con preocupación pero el asintió con una sonrisa. Me parecía que estaba observando intranquilo el lugar.- Volveremos antes de que la función comience.
-Está bien.
Caminamos y ella me contó muchas cosas que había hecho luego de graduarse. Yo hice lo mismo omitiendo ciertos detalles que ya ustedes conocen.
- Sé que él aun no me quiere como yo a él- dijo ella cuando llegamos al tema de su relación con Patrick. Yo aún intentaba asimilar esa extraña e incómoda situación.
- ¿A qué te refieres? - pregunté.
- Él tiene a alguien importante. Fue sincero conmigo y me lo dijo. Aun así yo quise intentarlo. Sé que el amor que el siente por esa persona es muy grande. Y ahora que la ha vuelto a ver me pregunto si podré hacer que se enamore de mí.
-Licy...- comencé a decir sintiéndome aún más incómoda. Obviamente esa persona era yo. Ya había pasado por esa situación antes cuando ocurrió con Melissa, volver a vivirla ahora con Licy era peor. Pero había algo que jugaba a mi favor. Estábamos hablando de Licy ahora... Y Patrick tampoco era el mismo. También él había cambiado.
-Fue una sorpresa encontrarte aquí. Él parecía haberte olvidado. - suspiro intranquila y preocupada- Pero ahora que te volvió a ver... Esas emociones podrían volver. Estoy realmente preocupada.
- Creo que no deberías estarlo.- respondí sintiéndome más tranquila al recordar algo.
-¿Por qué lo dices? - preguntó ella confundida
- En cuanto te vio, su cara se iluminó y sonrió como yo nunca lo había visto sonreír. - dije recordando lo de hacía unos instantes. No estaba mintiendo. Estaba segura de lo que había visto en Patrick. Ella se sonrojó al escuchar mis palabras- Estoy segura de que eso es buena señal. Espero que no quieras rendirte.
-No pensaba hacerlo. Y... Ahora que lo pienso, tal vez sea bueno que te haya visto hoy. Es una gran prueba que debo superar.
- Sé que lo harás. Aunque también me resultó extraño que estén saliendo porque amabas a Gray Ángel... ¿O no?- dije recordando su terrible fanatismo por el artista.
-¿Amabas? ¿Por qué habla es pasado? - cuestionó - Aún lo amo. Y lo haré toda la vida. Patrick es solo...- rodó los ojos intentando buscar la respuesta en su mente.- ¿Romance de verano?
- ¡Oh! Bueno...- Sabía que diría algo así. Por como hablaba de Patrick era obvio que lo de ellos era más que eso, además de que no era verano. Por otro lado ella era demasiado fan de Gray Ángel como para dejarlo atrás. El amor incondicional de una fan sí que sorprende. - Espero que Gray no se entere de tu "romance de verano"
- No lo hará. Estos días ha tenido muchos conciertos que dar.- dijo fingiendo secarse el esmalte en sus uñas.
- Genial. Su fama te ayuda- dije en gesto divertido y luego soltamos una carcajada.
Volvimos al lugar en el que habíamos dejado a Daniel y Patrick, alertadas porque ya habían empezado a estallar los primeros fuegos artificiales. Al llegar al lugar, solo pude ver a Patrick.
-¿A dónde fue Daniel?- le pregunté.
- No lo sé. Alguien vino a buscarlo. - respondió despreocupado. Licy se acercó a él y Patrick la rodeó por el cuello.
-¿Quién?
-Una chica. Parecían conocerse porque él de inmediato se la llevó de aquí. Supongo que no quería que tú la vieras.- Me sentía realmente incomoda con eso ya que Licy había puesto un rostro decaído. Supuse que porque al igual que yo pensaba que había otro tipo de intensiones detrás de las palabras de Patrick. Se podía percibir por el tono en que lo dijo. Quizás Licy tenía razón y él aún sentía algo por mí, pero estaba segura de que Licy pronto ocuparía todo ese espacio en el corazón de Patrick. Hasta ahora está haciendo un gran trabajo.
- Creo que iré a buscarlo. Nos vemos, chicos.
Salí de inmediato en busca de Daniel. No es que estuviera preocupada por lo que Patrick había dicho. Posiblemente solo lo decía para molestarme. Por otro lado, Daniel no conocía a mucha gente así que me preguntaba de quien se trataba. Minutos después me arrepentí de hacerlo. Quizás Daniel no se había demorado y había vuelto al lugar acordado. Me estaba perdiendo el espectáculo. Cuando me di por vencida y me dirigí de vuelta al lugar me encontré con una extraña escena.
Daniel se encontraba cerca de una carpa. El lugar era remotamente oscuro y efectivamente, como Patrick había dicho, Daniel se encontraba acompañado de una chica. Debido a la poca luz del lugar no pude ver de quien se trataba pero noté que Daniel estaba de brazos cruzados y en ese momento la chica intentaba poner sus manos en el pecho de Daniel y él violentamente las apartó. La mirada de la chica se dirigió en dirección a mí y luego la de Daniel también. Él le hizo un gesto que a ella aparentemente le molestó y luego se alejó. Daniel se acercó a mí.
-Y ella es...- comencé a decir conteniendo la ira que sentía por dentro.
-Evelyn. Solo alguien de mi vida pasada que se niega a quedarse justo ahí. En el pasado.- respondió aparentemente molesto.
-Es decir... que ella es... también... ¿una guardiana del amor?- pregunté.
- Yo no le llamaría guardiana, pero... - bufó- Esa es más o menos la idea.
-¿Y qué hacía aquí? ¿Para qué vino a buscarte?- pregunté confundida ante el hecho de que él siguiera teniendo contacto con ellos. Estaba segura de que él había dicho que eso no se podía.
-Solo vino a comprobar si los rumores eran ciertos. Al parecer la leyenda de un cupido que se volvió humano ya está regada por allá. Lo extraño es que solo el concejo lo sabía. Y unos cuantos amigos que juraron mantenerlo en secreto. Ella no era uno de esos amigos, eso te lo aseguro.
-¿Entonces cómo lo supo ella?
- No lo sé. Y más extraño aún es el hecho de que me reconociera. Mi apariencia como cupido y mi apariencia como humano no son la misma. Eso es lo que le estaba preguntando pero no quiso decirme.
- Entonces alguien tuvo que haberla enviado. Alguien del concejo- dije pensando en algún tipo de posibilidad. Quizás tenían que darle un mensaje importante.
-Lo dudo. Cuando acepté convertirme en humano todo contacto con aquel mundo se cortó- respondió sin vacilar.
-¿Entonces cómo pudo ella venir hasta acá?- pregunté recordando que eso solo se podía hacer cuando la autoridad máxima de allá lo permitía, Daniel lo había dicho. Si ese no era el caso entonces ¿cómo lo había logrado ella?
- Deben estar mejorando ese tipo de habilidades. - murmuró para sus adentros. Yo no entendía mucho. Obviamente se estaba refiriendo a algo de lo que sólo él tenía conocimiento. Sin embargo, no me era difícil imaginar que "ese tipo" eran habilidades para romper las reglas o hacer algo sin que la autoridad de allá se entere.- pero ya no importa. Como te dije solo quería averiguar si era verdad lo que se rumoreaba. Le dejé claro que no debía volver. Que yo era humano ahora y que era contra las reglas presentarse ante humanos. No volverá.
-Ya veo...
- Creo que ya nos perdimos la función de fuegos artificiales.- suspiró decaído- Lo siento.
- No te preocupes. Después de todo, otro día podemos volver.
-Tienes razón. Vamos, te llevo a casa.
Nos digiramos en su auto, camino a mi apartamento y la expresión de Daniel me hacía preocupar más. No podía leer su mente, pero estaba segura de que la visita de esa chica lo había impactado. Y de que deseaba de alguna manera, poder comunicarse con alguien de ese mundo al que antes había pertenecido para contarles sobre eso, pero ya no podía. Ya no pertenecía a ese mundo. Ahora lo único que le quedaba era esperar que ni esa chica, ni nadie más de aquel mundo le trajera problemas. Algo me indicaba que eso no sería así. Si esa chica había venido a comprobar esos rumores ¿era posible que no hiciera nada luego de saber que eran ciertos? No lo era. Pero entonces ¿qué haría con esa información? Pronto lo averiguaríamos.

**Hola... Quisiera dar las gracias a todos aquellos que están leyendo esta historia. Espero que les esté gustando. Los quiero mucho. Daniel les manda beshos a las chicas (*3*) jajajaja. No se olviden de comentar. Me interesa saber lo que piensan y opinan *-* Bye. #CupidoAlways**

Enamorada de cupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora