La situación no podría estar más complicada. El mismo Daniel se estaba encargando de estropear mis planes. Estaba intentando que mi plan de salvarlo, fracasara ¿por qué para él es tan difícil creerme cuando le digo que ya no lo amo? Bueno, si me pusiera en su lugar y él me dijera algo como eso, creo que también me resultaría complicado creerle. Después de las tantas cosas que le había dicho y hecho para demostrar mi amor, era comprensible que se mostrara reacio a creer en mis falsas palabras. En definitiva, el plan no estaba funcionando... entonces era obvio que tenía que hacer algo para que las cosas cambiaran. Algo que lo hiciera querer regresar a su mundo... pero por más que pensaba nada se me ocurría. ¿Por qué tiene que ser tan difícil? ¿Por qué no podrían simplemente obligarlo a volver? Estúpido Daniel, ¿qué tengo que hacer para que decidas regresar? Es tu vida la que está de por medio, y por ende la mía. No quiero perderte. Quiero al menos tener la certeza de que te encuentras bien, aunque sea en un mundo fuera de mi alcance.
-¿... técnicas del dibujo artístico? ¿Señorita Watson?- Escuché la voz lejana de la profesora.
-¿Eh? ¿Qué?- Mi mente estaba completamente en otro mundo. Reaccioné sobresaltada al escuchar mi apellido. Toda la clase me miraba expectante, y algunos no podían ocultar la diversión que esto les causaba. La profesora Stewart me miraba con gesto reprobatorio.
-Le pido que preste más atención a clases, señorita Watson.- Articuló con mirada repulsiva.
-Lo siento.- Me disculpé con tono neutral y cuidadoso.
Cosas como esa me pasaban muy seguido, me resultaba bastante difícil concentrarme cuando me la pasaba ideando métodos para convencer a Daniel, métodos que iban a parar a la basura porque cada uno resultaba más absurdo que el otro.
-Tierra llamando a Emily.- Bufó Dylan meneando su mano al frente de mis ojos. Estaba a punto de empezar otra clase del club. Yo había llegado temprano y me había sentado en las gradas a esperar que alguien más llegara cuando él apareció.
-¿Oh? ¿Dylan?- Reaccioné.
-No... Kevin Zegers. Claro que soy yo. Apuesto a que estabas en tu mundo.- suspiró.
-¿En mi mundo?- Pregunté mirándolo expectante.
-Sí. En Bellezalandia.- me miró tan significativamente que parecía querer tragarme con esa mirada.
-Ja, ja. Que gracioso.- dije con gesto de notable sarcasmo. Otros miembros comenzaban a llegar también, pero se dirigían de inmediato a los vestidores para ponerse la ropa de práctica. Noté que con la mirada, observaba la puerta para darme cuenta cuando Daniel la atravesara. La aparté al darme cuenta de que Dylan seguía observándome, ahora con los ojos entrecerrados.
-Puedo adivinar perfectamente lo que estás pensando.- expresó.
-¿De verdad?- pregunté crédula.
-Sí. "Dylan es tan guapo que no me puedo concentrar bien" eso pensabas ¿verdad?- murmuró dejando claro lo extremadamente narcisista que era. No pude evitar sonreír ante su respuesta, debido a que no estaba muy lejos de lo que yo pensaba generalmente, exceptuando que en lugar de decir "Dylan" era Daniel quien reemplazaba el lugar donde se ocupaba su nombre.
-Sí... exactamente eso. Qué bueno eres leyendo la mente de las personas.- proferí sarcásticamente.
-Sí... suelo ser muy bueno en eso. Ahora sí...- se sacudió la cabeza y puso gesto serio.- hablando en serio. Pensabas en Robbs, ¿no?
-Mmmm...- fue lo único que pude decir ya que justo en ese momento Daniel estaba entrando al lugar, nuestras miradas se encontraron por unos segundos. Antes de que él la apartara aparentemente disgustado.
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Enamorada de cupido
Teen FictionLa vida pacífica de Emily Watson se verá alterada cuando "cupido" llegue a su vida... literalmente. Daniel, un chico aparentemente normal esconde un gran secreto y necesitará la ayuda de ella para poder cumplir con su misión. ¿Cómo hará Daniel para...