Capítulo 59: Recorrido

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Entre risas, recuerdos y anécdotas continuábamos la reunión. Cuando observaba todo a mi alrededor, me podía dar cuenta de cuan afortunada era por tenerlos a todos ellos a mi lado.

-Ah... Este es Tobías ¿verdad?- Preguntó Daniel cuando en uno de esos arranques de orgullo maternal, a mi madre se le había dado por mostrarles a Vanessa y a él nuestro álbum familiar. La Foto que Daniel observaba era de hacía ya muchos años. El álbum era de cuando Tobby y yo éramos muy pequeños aún.

Yo estaba llena de vergüenza por tal razón, pero como ya lo había mencionado antes, cuando a mi mamá se le metía algo en la cabeza difícilmente podía sacárselo.

-No- respondió ella escondiendo una carcajada.- En realidad esa es Emily- Yo miré a mi mamá de manera fulminante. Tobby, Vanessa y para mi peor desgracia Daniel estaban riendo a carcajadas.

-¡Mamá! Deja de mostrar esas cosas- dije intentándolo una vez más. No quería mirar a Daniel. Mi mamá ahora le estaba dando más motivos para que se burlara de mí. Ese fue como los que le siguieron, un intento fallido más.

La noche se iba haciendo más oscura, y como consecuencia de ello, Tobby y su novia tenían que irse.

Mi hermano y Vanessa se despidieron, ya que él iba a acompañarla a ella hasta su casa. En la nuestra solo quedamos Daniel, mi mamá y yo.

-Esta fue una noche llena de sorpresas- expresó mi mamá sin poder ocultar lo feliz que se encontraba.

-Sí. Estoy muy de acuerdo- concordé de inmediato pensando en que para mí también lo había sido. Enterarte el mismo día que tu hermano tiene novia, y más importante aún, enterarte de que esa novia es alguien que tú ya habías visto debido a extrañas circunstancias es bastante sorpresivo.

-Bueno... creo que ya debería irme- intervino Daniel después de un rato. Al observar el reloj de la casa, pude darme cuenta de que se estaba haciendo tarde y regresar a su hotel le tomaría aproximadamente un par de horas.

-Sí, puede ser peligroso si se te hace más tarde. Te acompaño hasta el auto- Dije pensando en que sonaba extraño, pero no quería alejarme de él. Yo volvería a mi apartamento al día siguiente, hasta entonces debía quedarme ahí en casa. Daniel asintió.

-Sí, hija. Lleva tus llaves, ya me voy a mi habitación. Ha sido un día algo agotador y creo que estoy un poco cansada- Dijo mi madre y en su tono de voz pude darme cuenta de que de verdad estaba cansada.

-Bueno- asentí y ella se dirigió a su habitación no sin antes despedirse de Daniel con un beso en la mejilla seguido de un fuerte abrazo. No dejaba de causarme gracia la manera en la que lo trataba, y lo extrañado que se veía él con ese trato, ya que después de todo él nunca tuvo una especie de figura maternal en su vida. Por esa razón ese tipo de acciones y comportamientos siempre parecen sorprenderlo.

Yo me encontraba bastante ruborizada, ya que al verlo así, tan avergonzado, lo recordaba diciéndole a mi madre y a mi hermano que yo le gustaba, que quería salir conmigo. Mi corazón aún no dejaba de dar brincos de felicidad desde que él había dicho eso hacía solo unas horas.

Salimos de casa, cerrándola al hacerlo. Había hecho lo que mi madre había dicho y había tomado mis llaves, lo que fue una fortuna porque antes de llegar a donde Daniel había dejado su auto, este me pidió que camináramos por los alrededores un rato.

-De verdad fue una sorpresa que vinieras. No te esperaba- Dije rompiendo el silencio que se había formado mientras caminábamos. En ese momento recordaba su llamada de la mañana y lo ocupado que parecía cuando lo hizo. Aunque quería verlo, no quería intervenir en su trabajo.

-Lo sé. En realidad sí estaba algo ocupado... pero, Emily...- Me miró con el ceño fruncido.

-¿Qué?- pregunté desafiando su mirada. Preguntándome por qué me veía de esa manera. Como si estuviera juzgándome por algo. Se acercó más a mí.

Enamorada de cupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora