Capítulo 55: Sentimientos que crecen

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Me encontraba aún rodeada por los brazos de Daniel, que fuertemente me aferraban a él. Pero estaba muy contenta por ello, ya que de esa manera podía sentir que todo lo que estaba pasando era real y no una mala jugada de mi imaginación.

-En primer lugar... - dije pensando en qué preguntarle. Hasta que pensé en aquello que mayormente me había preocupado.- ¿qué hizo que yo te olvidara durante este tiempo? ¿Qué sucedió?

-Bueno... eso lo hice yo. Yo hice que tú me olvidaras. - se sentía una ligera melancolía en su tono de voz y ahora sus manos me apretaban con nerviosismo.

-¿Por qué harías algo así?- pregunté pensando que aquello sonaba bastante absurdo y hasta difícil de creer.

-Porque sabía que si me recordabas, sería difícil para ti ser feliz al lado de alguien más.- Dijo esto con un hilo de voz. Eso era totalmente cierto. Si no era con Daniel, difícilmente yo sería feliz.

-¿Y cómo lo hiciste?- continué con el cuestionario.

-Yo tenía dos opciones... una, reunir a la última pareja y regresar a mi labor como guardián tocando la portada del cuaderno. Si escogía esa, tú no me olvidarías. Y la segunda, reunir a la última pareja y dejar que pasaran doce horas luego de eso. Yo desaparecería por completo... pero tú me olvidarías. Todos lo harían.- analizando aquella respuesta que él daba lentamente, pensé que ninguna de las dos era buena, pero era entonces difícil que él escogiera desaparecer por completo sólo para que yo lo olvidara.

-¿Y entonces escogiste la segunda? ¿Por qué?- lentamente quité sus brazos de mí y me giré un poco para verlo a la cara. Como sospechaba, una ligera tristeza estaba plasmada en su expresión.

-Ya te lo dije. Yo quería que tú me olvidaras... y pensé que lo harías. Pero al parecer tu mente lo hizo. Tu corazón no. Eso me permitió volver.- al terminar la frase pude darme cuenta de que eso le alegraba. Me quedé sin decir nada porque en ese instante recordé las veces en que lloraba al parecer sin motivo, pero ahora eso parecía recobrar totalmente el sentido.

-Bueno... creo que de eso me di cuenta a penas te volví a ver. Porque muchas veces me la pasaba llorando... muchas veces sentía dolor en el pecho al observar el collar que me regalaste. Muchas veces sentía que algo me faltaba... pero no podía saber qué.

-Lo sé. - puso sus manos en mi rostro acariciándolo levemente mientras sonreía- y sucede que a pesar de que tu memoria fue modificada, nunca se pudo hacer nada con tus sentimientos. Al parecer yo nunca salí de tu corazón.

-¿Y dices que eso te permitió volver?- pregunté.

-Así es.- confirmó- Eso y que de alguna manera pude terminar la misión tratando de unir a esa última pareja, aunque eso me doliera en el alma.

-Hablas de esa última pareja. Dijiste que yo no podía ayudarte con eso. ¿Por qué?

-Bueno... porque Lyan y tú eran esa última pareja.- lo dijo tan seriamente que pensé que era imposible que no fuera verdad.

-¿Qué?- dije sobresaltada.

-Te dije que arreglaría lo que había hecho en el pasado. Así que antes de irme, decidí que ustedes serían esa pareja. Que tú serías feliz a su lado.- apartó su mirada de la mía, supongo que esperando alguna reprimenda de mi parte.

-Eso fue cruel.- dije fríamente.

-Lo sé. Pero pensé que eso sería lo mejor para ti. - dijo aun sin mirarme. A pesar de que en principio me sobresalté y enojé, tampoco podía pasar por alto su intensión tras ello. Él solo había pensado en mi felicidad.

-Y entonces...- mi tono recobró la calidez- ¿cómo es qué estás aquí ahora? ¿Cómo es qué te convertiste en humano?

-Bueno...- volvió a mirarme- eso resulta algo gracioso. También en eso me volvieron a engañar.

Enamorada de cupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora