Luego de que hice pasar a Daniel, me dirigí a mi cuarto a recoger algunas de las cosas que llevaría de vuelta. Mi mamá afortunadamente no me había visto cuando me puse así de alterada, de no ser así me habría hecho muchas preguntas que serían difíciles para mí responder. Cuando llegó Daniel, ella salió de su cuarto y se quedó hablando con él mientras yo terminaba de alistarme.
-¿Así que ya te vas? Pensé que te irías más tarde.- me preguntó ella cuando bajé las escaleras con mi bolso colgado de mi brazo. No le había dicho a qué hora me iría, pero generalmente lo hacía por la tarde. Supuse que por esa razón le extrañaba tanto.
-Sí. Lo sé. Es solo que... tengo algunos trabajos pendientes para mañana. - Mentí- Ya sabes que esta es la última semana, por lo que ponen muchos deberes.- en realidad ya había terminado mis deberes de la universidad para ese semestre. Las calificaciones las subirían pronto a la plataforma virtual de la universidad, pero era mejor decir algo así para que ella no me preguntara mucho acerca de eso.
-Ya veo. Bueno, me tranquiliza más que ahora Daniel te lleve.- Dijo mirándolo y él asintió. Podía darme cuenta al verlo, de que aún estaba preocupado. Quizás lo que yo le había dicho no le había sonado para nada convincente.
-Sí. Ayer insistió en que quería llevarme.- dije mirándolo con una sonrisa. Debo admitir que no del todo sincera. Aunque me tranquilizaba por completo que aquello hubiera sido un sueño y que él estuviera conmigo, no podía dejar atrás esa terrible corazonada que me había quedado luego de eso. Yo lo observaba con entera curiosidad y él me devolvía la mirada llena de preocupación.
-Eso está muy bien. - Dijo ella sonriendo- Entonces que les vaya bien. No olvides llamarme, cariño.
-Sí mamá. No lo olvidaré. Hasta pronto.- me despedí acercándome para darle un abrazo.
-Cuídense. Adiós, Daniel.- se despidió de él con una calurosa sonrisa.
-Nos vemos.- respondió él devolviéndole el gesto.
Salimos de casa y Daniel abrió la puerta del auto para mí. Entré y dejé escapar un suspiro al hacerlo. Aun pasaban por mi mente aquellas terribles imágenes de esa horrorosa pesadilla. Eran tan claras que más que un sueño parecía un recuerdo. Un terrible recuerdo que en ese momento quería olvidar por completo. Daniel había empezado a conducir y yo me quedé en silencio mirando hacia delante, sin mirar en realidad.
-¿En serio estás bien? - preguntó al parecer dándose cuenta de que mi mirada estaba perdida - Pareces algo preocupada.
-Estoy bien. No es nada.- dije sin mirarlo a los ojos. Estaba segura de que si lo hacía, él sabría que estaba mintiendo. A veces pensaba que con sólo mirarme, Daniel podía adivinar lo que yo estaba pensando. Al escuchar su voz, inevitablemente pensaba en Gregory y cada una de sus palabras. "Lo peor es que todo esto es por tu culpa" ¿mi culpa? ¿por qué algo como eso me preocupaba tanto? ¿Por qué simplemente no podía pensar que se trataba de un sueño? En realidad esas palabras solo hacían crecer mi sentido de culpa. Él se había convertido en humano sólo por mí, por tanto tu inmortalidad se había perdido por mí. "morir" ¿si algo llegara a pasar y él muriera? ¿ no sería eso mi culpa?
-No lo creo. Mírame, Emily.- Dijo dejando de mirar al frente para mirarme a mí. En ese momento algún tipo de alarma se encendió dentro de mí. Sus palabras simplemente me hacían bajar la guardia, pero en ese momento no podía hacerlo.
-No pasa nada.-Negué de inmediato- Y no dejes de mirar al frente.- Dije fríamente mientras apartaba mis ojos de él y me giraba para mirar por la ventana. Mi comportamiento era extraño, lo sé. Pero la palabra "accidente" pasaba por mi mente una y otra vez. Al pensar en eso me asustaba cada vez más imaginando que debido a mí, algo podría pasarle.
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Enamorada de cupido
Teen FictionLa vida pacífica de Emily Watson se verá alterada cuando "cupido" llegue a su vida... literalmente. Daniel, un chico aparentemente normal esconde un gran secreto y necesitará la ayuda de ella para poder cumplir con su misión. ¿Cómo hará Daniel para...