Capítulo 23: ¡No somos novios!

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Me encontraba en la enfermería de la escuela, después de que Daniel me trajera en sus brazos porque por el dolor no podía caminar aunque me apoyara en él. Daniel ni siquiera en esta situación, perdía oportunidad para burlarse de mí. Esta vez lo hizo diciendo que yo "pesaba demasiado".

Cuando llegamos, me bajó cuidadosamente sentándome en una de las camillas, la enfermera de inmediato comenzó a analizar mi pie. Cuando lo tocó sentí un dolor realmente insoportable, pero este no se comparó a cuando la misma, comenzó a vendarlo.

-Afortunadamente no es grave- dijo la enfermera mientras continuaba vendando mi pie.- Será doloroso por un rato más, pero luego pasará. ¿Cómo ocurrió?- preguntó mirándome intrigada.

-Bueno... fue en el partido de Voleibol. - dije entre quejidos. Incluso hablar me costaba un poco debido a la intensidad del dolor.

-Sí- dijo Daniel interviniendo, como se le había vuelto costumbre. Solo con el fin de hacerme enfadar.- es que ella es realmente torpe, ¿sabe?- Me miró como criticándome por mi torpeza, que obviamente yo no tenía. No era para nada torpe, aunque generalmente solía caerme, cortarme y golpearme pero aun así eso no cuenta como torpeza. Esos eran simplemente unos... Sucesos desafortunados.

-¡No lo soy!- dije enojada. La enfermera parecía algo divertida ya que Daniel y yo intercambiábamos miradas desafiantes.

-Terminé- dijo soltando mi pie cuidadosamente- solo deberás ser más cuidadosa y... - Todo el mundo me decía que fuera más cuidadosa, pero yo de verdad lo era.- tienes que llamar a alguien de tu casa para que te ayude hoy, ya que no podrás apoyarlo por ahora.

-Bueno... la verdad es que mi mamá no...- dije recordando que mi madre no estaría en casa. Se encontraba trabajando.

-Yo la llevaré a su casa- dijo Daniel interrumpiéndome luego de al parecer darse cuenta de lo que yo iba a decir o al menos sospecharlo, porque la mayoría de veces que él había ido a mi casa, mi mamá no se encontraba en ella- somos vecinos.

-Vaya... Novios y vecinos. Que romántico - dijo la enfermera sonrojándose levemente. La piel se me erizó de inmediato a penas la escuché decir esa frase.

-¡No somos novios!- dijimos Daniel y yo al unísono, dejando a la enfermera entre sorprendida y divertida. Yo me seguía preguntando por qué decían eso... Por una lado, estaba mi mamá que por más que se lo negara nunca me creía, luego Melissa que estaba realmente equivocada y ahora la enfermera que intuyó algo como eso a pesar de que no dijimos nada. ¿Qué le sucede a esta gente?

-Sí, Sí...- dijo acercándose a la salida- de todas formas... llévala con cuidado, Vecino- miró a Daniel guiñándole un ojo y hablando sarcásticamente mientras marcaba la palabra "vecino", otra más a la lista de quienes no nos creían en absoluto.

-Claro- dijo él un poco confundido ante la actitud de aquella enfermera. Claro que yo si comprendía. La enfermera no me había creído una sola palabra y se fue pensando que sí éramos novios. En realidad daba igual. Gastar energía en ese tipo de explicaciones no era algo que quisiera hacer en ese momento. No tenía las energías suficientes para hacerlo.

-Tienes realmente una habilidad para meterte en problemas, Emily- dijo girándose para mirarme. De nuevo esa mirada de reprobación. Como si fuera mi culpa meterme en tantos líos.

-Por supuesto que no- dije con el ceño fruncido. Solo mi enojo hacia él podía lograr que mi dolor se desvaneciera al menos un poco.

-Claro que sí... siempre metiendo la pata- sonrió como si acabara de darse cuenta de algo- ¡oh! La pata... ¿entiendes? Por lo de tu pié- luego soltó una carcajada.

Enamorada de cupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora