Capítulo 11: ¿Por qué me pasa esto a mí?

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Esa noche me acosté con la esperanza de que todo hubiera sido un sueño, una pesadilla en realidad. Pero mi conciencia no me permitía darme ese lujo, ya que en su lugar me estaba cuestionando el hecho de si decirle a Melissa sobre eso o no. Me preguntaba también si después de haber terminado con ella, Patrick tomaría la decisión de explicarle por qué lo había hecho y por ende Melissa me odiara. Claro que yo no tenía la culpa por eso, pero en esos momentos quizás ella no lo comprendiera. No sabía cómo miraría a la cara a Melissa al día siguiente, y sin mencionar a Patrick si me lo llegaba a encontrar.

Mi teléfono sonó en esos momentos. "cupido Idiota" aparecía en la pantalla de mi celular, por ende ya saben de quien se trata.

-¿Si?- contesté un poco desanimada. Estoy segura de que en otro memento un "¿qué quieres?" era lo que hubiera dicho, pero en estos momentos no tenía ni siquiera ganas de molestarlo.

-¿Aún sigues triste por lo que pasó esta mañana?- preguntó como si me cuestionara por ello.

-¿Aún? ¿Cómo puedes decir eso? Sólo pasó hace unas horas... ¿cómo es posible que lo olvidara ya?- Dije todo tan rápido y fríamente, que al terminar me sentí culpable.

-¡Oh! yo... Lo siento, Emily. Es solo que a veces, aunque trato no termino de comprender cosas como el dolor y el amor- ¡rayos! Siempre olvido eso.

-Yo... discúlpame tú a mí... también olvido eso a veces, como siempre actúas tan normal- por lo sucedido, prácticamente había olvidado el tema de Daniel, y ahora que lo veía con más claridad yo había decidido ayudarlo y una situación como la mía, aunque era algo grave en definitiva no se asemejaba a la de él.

-Siento no poder ayudarte en eso- dijo con su voz apagada.

-No te preocupes, esto no tiene nada que ver contigo. No lo tiene y aun así me ayudaste. Gracias.- creo que lo que había pasado me había afectado totalmente. "Vuelve Emily, no vayas hacia la luz". Aclaré mi garganta un poco- ¿y... qué quieres?

-Ah... es sobre la próxima pareja... pero si quieres podemos dejarlo para después, hasta que te sientas mejor.- Se excusó.

-¡No! - dije en casi un grito- aunque no me dijiste con cuánto tiempo cuentas para eso... algo me dice que es muy corto, así que hay que seguir. A ver si así me libero de ti más rápido.- En definitiva, molestarlo era la mejor terapia que existía.

-¡Mírate! Ni estando así... Hierba mala nunca cambia...

-¿Hierba mala nunca cambia?- solté una carcajada, la primera en ese día- es "Hierba mala nunca muere" genio.

-¿En serio? Pero creí escuchar... ¡Olvídalo!- yo aún no dejaba de reír- mañana hablamos de ello, entonces. Después de la escuela.

-¡Muy bien!- dije entre risas.

-¡Deja de molestar! - creo que estaba aguantando la risa- ¿qué has sabido de Gabriela y Mattew?

-Van muy bien. Quedé de verme con Gabriela estos días. Mattew es un gran chico.- Dije recordando que entre veces me mandaba mensajes pidiendo por mis consejos, que generalmente le funcionaban.

-Sí. Igual que yo.-Suspiró. Los hombres pueden ser tan convencidos.

-Opuesto a ti, querrás decir.- Dije rápidamente - Oye... ¿no me vas a decir?

-¿Qué cosa?- Preguntó.

-¿Qué sucede si no...?

-Qué curiosa eres. Y ya te dije que eso no va a pasar, así que no hay que hablar de ello. ¿Está bien?

-Bien.- Acepté, pero solo por el momento. Ya se daría la ocasión para hablar de ello. No estaba segura de por qué me comenzaban a preocupar los asuntos de Daniel. Concluí que solo era mera curiosidad.

Enamorada de cupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora