El último día de la primavera había llegado, acompañado por la última lluvia de la temporada, las frías gotas chocaban contra el suelo indiferentes de quienes estuvieran debajo de ellas.
Ellas caminaban en dirección a su casa, apenas cubiertas por los paraguas, la profesora Vanessa tratando de averiguar que pasaba, Shio quién estaba preocupada por ella y Banna, quien intentaría mantener todo bajo control.
Una densa arboleda era lo que las separaba de aquel destino, se adentraron ahí sin pensarlo demasiado, la única luz que había era la que se colaba entre las copas de los árboles que el viento mecía, con los pequeños altares cuyas estatuas se quedaron paradas en el tiempo.
-¿algo así le paso antes? -les preguntó la profesora-
-cuando su abuelo la palmo -le aclaró Shio- también cuando perdió el anillo de su madre, pero nunca había durado tanto.
La profesora lo entendió de inmediato y se concentró en poder llegar para hablar con ella, no se molestaba siquiera en mantener el paso junto a Banna y Shio, subía los cuatro escalones y pudo ver la casa rústica en la que Sakura vivía, las puertas de papel estaban abiertas sin ninguna señal de alguien ahí dentro.
Shio se adelantó a la profesora y a Banna, pidiéndoles que se quedaran afuera por unos momentos, ellas dos se quedaron solas.
-¿ya pudiste arreglar lo del otro día? -le preguntó la profesora-
-si pude -asintió Banna- realmente no sé qué hubiera pasado si lo hubiera dejado así.
La profesora observo todo a su alrededor por un momento percatándose de lo vacío que estaba todo, no parecía ni haber una sola alma aparte de ellas dos cerca.
-¿ya viste aquella película? -le preguntó Banna casualmente- "la chica marcada"
-prefiero escucharla de los abuelos -le dijo Vanessa-
-entonces...
-es una historia muy larga o bueno, tal vez no tanto
Shio volvió al poco tiempo indicándoles que vinieran, ellas rápidamente se quitaron los zapatos dejándolos afuera, procuraron no hacer más ruido, podían escuchar entre medias el llanto de Sakura en su habitación.
Banna observo por el cerrojo unos momentos viendo la cantidad de libros que había tirados en el suelo junto a toda la basura que estaba acumulada ahí dentro.
-sin respuesta -le dijo Shio preocupada-
Ella apretó sus puños en impotencia y se apoyo contra la pared sentándose en el suelo esperando a que por lo menos surgiese alguna oportunidad de hablar con ella, no sabría como lidiar con ello, sus manos temblaban ligeramente mientras revisaba la cámara una vez más tratando de distraerse.
La profesora pensó un momento en cómo hacerla por lo menos responder.
-Sakura... ¿podrías por lo menos respondernos? -le dijo la profesora- no me enojare ni nada, solo necesito que nos hables.
-¡déjenme en paz! -les grito Sakura-
La profesora rápidamente pensó en maneras de convencerle, una y otra vez los engranajes de su cabeza daban vueltas sin poder pensar en algo.
El silencio inundó aquel pasillo por unos momentos cuando escucharon pasos en la oscura habitación donde nada parecía salir.Una nota se deslizó del umbral, pidiéndoles que se detuvieran.
-entiendo lo que pasa -le dijo Vanessa-
-tú no lo sabes -le dijo en un susurro Sakura detrás de la puerta- Shio lo vio, Banna también, tu ni siquiera estabas ahí.
-pero entiendo lo que es, Macchi -le dijo ella- solo déjame verte
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Filosoda!!
Teen FictionUna chica sueña con una vida mejor que no parece llegar nunca a la vez que se enfrenta a sus viejas memorias