Aquella chica dormía apacible en aquella habitación oscura, enredada entre sus mantas y mullidas almohadas que le mantenían atrapada en aquel sueño tan placentero.
Una alarma sonaba marcando las seis y media de la mañana, ella la apagaba por puro reflejo abriendo lentamente sus ojos y se levantaba a duras penas manteniéndose de pie mientras caminaba al baño para arreglarse.
Lavaba su cara apenas espabilándose con la fría agua del grifo empapándole el rostro, se lavaba los dientes mientras se miraba al espejo y después se colocaba sus lentes de contacto.Cambiaba su ropa dejando lo que estaba usando en el cesto y después salió, regó las varias plantas que Junpei tenía en el balcón, tratando de disfrutar de la vista por un breve instante solo para regresar a lo suyo y preparar el desayuno para ella y Junpei ya que estaba en ello.
Desvariaba varias veces, olvidándose de que debía hacer, sin saber exactamente dónde estaba todo y para cuando se daba cuenta, solo tenía algo más que carbón en aquella sartén, solo tiro aquello al basurero y lo dejó remojando.
Decidiendo desayunar únicamente una manzana que estaba en el refrigerador por la pereza de hacer algo más.
Decidió ir y preparar su bolso para el trabajo de ese día, sin saber exactamente qué necesitarían, echo allí tres tarjetas de memoria, dos baterías de repuesto, tres lentes diferentes y tres rollos de fotografía en caso de necesitarlos.
Junpei toco la puerta una vez dadas las nueve, preguntándole si ya estaba lista para salir, ella cerró el bolso y lo echo a su hombro, segura de haber llevado todo ella salió, asegurándole todo.
Aquel hombre simplemente esperaba en el sofá tranquilamente viendo el noticiero, un reportaje sobre la moda de Harajuku, donde el estilo era lo que menos faltaba.
Junpei lo apago al verla y fue junto a ella al auto, asegurándose de que no dejara nada atrás, cerro la puerta del apartamento y tomaban el ascensor, bajando en aquella caja metalica.
-¿Qué es lo que toca hoy? -preguntó Shio-
-El zoológico de Ueno, ya el aniversario está cerca y necesitan fotos para los panfletos y la página
-entonces me tocan los animales entonces.-solo los estén en esta lista - le dijo Junpei preocupado al pasarle aquel pedazo de papel-
-no creo que sea tan malo.
-es más por Lewis, ya sabes como es , si por mí fuera hasta te dejo montarlos, cualquier cosa que esté fuera de esta lista, déjamelo a mi
-¿Qué tantas condiciones puso papá para dejarme venir?
-por lo que entendí, digamos que nada de alcohol, drogas o relaciones de una sola noche, si sabes a que me refiero
-creo que ya es suficiente
Ellos dos se dirigieron directo al zoológico de Ueno, donde un miembro del personal les esperaba algo impaciente, era el supervisor del personal, Takahata Mikasuki, el vestía su traje bastante orgulloso, apretando la mano de Junpei, notando la presencia de Shio.
Él le preguntó al respecto a Junpei simplemente respondió que era una de sus asistentes, los tres pasaron, mientras el resto del personal revisaba los recintos de los animales, asegurándose de que todo estuviese en orden, una chica se presentó frente a Junpei, avisándole de los pingüinos, él le dio a Shio aquella tarea y la chica le acompañó hasta el recinto, donde las aves estaban tan juntas que parecían una sombra negra y blanca en el que apenas se percibía donde terminaba y empezaba la otra, se mantenían tan juntas a pesar del gran espacio del recinto.
Shio se acercó un poco más, obteniendo un buen ángulo de la escena y capturó la imagen.
-demasiado lindos -dijo la mujer encantada-
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Filosoda!!
Fiksi RemajaUna chica sueña con una vida mejor que no parece llegar nunca a la vez que se enfrenta a sus viejas memorias