Pista 47 - Thanks God It's Christmas

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La nieve se acumulaba en la isla, una pareja, un hombre de aspecto serio sus lentes empañándose entre el frío entre su casaca y abrigo y una mujer de cabello azabache y ojos azules y el estómago ligeramente abultado, le costaba mantener el paso, viendo su reloj y los mensajes de Lewis, sus pasos quedaban marcados en el suelo deteniéndose por un minuto por un mareo de la mujer.

–te dije que sólo yo vendría –le dijo el hombre– deberías pensar un poco más en ti Himeko

–necesitamos decirle esto los dos y además, también es mi hija, Kaito.
En el camino un auto se detuvo y una mujer de tes oscura se había bajado de allí, era Shiho, acompañada por su hermana recién habiendo retirado el yeso.

–Suban aquí!!

Ellos dos se sintieron aliviados al ver una cara familiar y se subieron al auto.

–¿hace cuanto que no te veo? –preguntó Himeko al subirse–

–realmente han crecido bastante desde que las vi la última vez. Y a que te dedicas ahora Shiho?

–solo tocó con mi banda en el DownTown.

–pensé que harías algo más serio, considerando como te iba en la ciudad.

–por eso fue que volvi a casa junto a los demás, muchas preocupaciones que si pagar la renta y esto otro, al menos los conciertos me permiten cubrir mi equipo y otras cosas que ocupamos.

–deberías tener más cuidado –le dijo Himeko– en una de esas ya no la cuentas.

–Bueno en fin –interrumpió Kaito– ¿ha estado Banna bien estos días?

–un pequeño bajón por algo que pasó –explicó Shiho– pero ya está bien, más ahora que no tiene mucho de lo que preocuparse. 

Sin mucho dilema Shiho volvía a casa
Kaito se sintió más aliviado sosteniendo la mano de su esposa, no había demasiadas cosas por las que preocuparse en verdad, solo viendo hacia la ventana entre pequeñas charla hasta ver la puerta del garaje de los Shibuya abierta preparando algunas cosas aparentemente, Shio agarro sus muletas bajándose sin muchos problemas y pasando a la casa, Himeko y Kaito se bajaron viendo a Banna junto a Takagi solo dedicándose a abrir una caja fuerte que Chiaki su padre le había dado, se veían tan metidas en ello mientras Banna se quedaba escuchando atenta, buscando aquel click apuntando los números que lo tuviera, uno tras uno logrando descifrarlo al cuarto intento, la compuerta fue abierta al instante mostrándose sólo un puñado de monedas falsas de entre uno a cinco yenes.

–¿planean robar un banco ahora? –preguntó Kaito–

–¡papá! –exclamó Banna sorprendida– ¡mamá!, ¿qué hacen aquí?

–solo por pasar la noche buena con ustedes, tu tío vendrá ahora más tarde también.

–y una sorpresa tenerte aquí también, Takagi —dijo Kaito– es bueno ver que estas bien después de todo ese desastre.

–bueno, pasaron cosas, demasiadas cosas, pero estoy aquí al menos –confesó Takagi sin querer entrar en detalles– pero al menos ya no tengo que lidiar con ellos dos nunca más.
En un instante Shoko se escuchaba bajar, saludando a los Kurosu y Lewis le seguía igual con gran emoción iba con Kaito apretando su mano con fuerza, mientras Himeko abrazaba a Shoko con calidez.

–¡carajo! –exclamó Kaito apretando la mano de Lewis— cuánto tiempo ya.
–años –remarcó Kaito– y veo que tienes la la sala justo como la querías.

–puedo decir que tu tampoco perdiste el tiempo viejo maldito.

Shoko y Himeko se sentaron en el sofá, tratando de ponerse al día, el licor de Kakis de la abuela de Takagi estaba en la mesa de la sala al lado de la caja fuerte y dos vasos, ella como de costumbre le ofreció aquel trago a su vieja amiga, pero ella lo rechazo de inmediato sin poner ningún pero.
–y pensar que eras la más inocente aquí –dijo Shoko levantando su ceja— sabía que lo tenias ahí guardado.
–bueno, estábamos ebrios, una cosa llevo a la otra y… ya que Banna no estaba en casa –le confesó ella– bajamos la guardia, por decirlo de buena manera.

Filosoda!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora