Pista 26 - Oneness

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Banna y Shio se despertaban al mismo tiempo, en esa última mañana de verano mañana de verano, mientras la chica del pelo negro se cambiaba, Shio simplemente iba al baño a lavarse la cara sin importarle nada realmente, decidiendo fervientemente ese día no hacer nada, así Banna terminó eventualmente en el baño para lavarse los dientes e intentar arreglar su alborotado cabello mientras Shio, se secaba la cara poniéndose sus lentes con aquellos ojos tan disparejos que tenía sin importarle demasiado lo que le dijesen.

–eso es nuevo –dijo una adormecida Banna tras escupir la espuma–

–¿no me habías visto con lentes nunca?

–no que yo recuerde

–bueno, que más da, de hecho.... ¿no has pensado en conseguir un trabajo de medio tiempo? Esas cosas que necesitas se ven demasiado caras siempre.

–no me hace falta –dijo Banna–

–¿y eso por?

–tengo el dinero de los premios, la mesada que me da él tío Junpei, acciones en alguna empresa por ahí, algunas patentes, no es demasiado, pero al menos cumple con mis necesidades.

–y todo eso queda en el banco....

Las dos bajaron a la sala viendo a Shoko preparándose para salir, mientras discutía por teléfono algún asunto urgente respecto a la asociación de padres, pero se le veía pensativa de lo que debería hacer ahora, ella colgaba el teléfono y dirigió su atención a Shio y Banna, casi a punto de morderse la lengua.

–menos mal que ustedes no salieron.... ¿Pueden cuidar de la hija de una amiga? Lo iba a hacer yo, pero surgieron demasiadas cosas hoy.

–no hay problema –dijo Shio– igual no teníamos pensado nada hoy.

–tú preocúpate por eso –le dijo Banna– ya veremos qué hacer

–por cierto –dijo Shoko antes de pasar por el umbral– la niña tiene el síndrome de emociones inversas, solo traten de tener paciencia con ella, más que nada tú Shio, se que esas cosas medio te ponen de los nervios.

–lo tendré en cuenta –le dijo Shio algo preocupada–

De inmediato Shoko salió apurada, sin saber exactamente qué pasaría ese día, Shio decidía ir a la panadería por algo que desayunar, ya poco le importaba siquiera salir en pijamas y en cuestión de unos minutos, ella había vuelto con dos cachos uno relleno con chocolate y otro con crema pastelera, escarchados en azúcar en polvo por si la dulzura no era suficiente.

–¿cuál quieres?

–eso no es precisamente un desayuno sabes....

–me da pereza pensar en algo y mucho más cocinar e igual, esas calorías se irán mañana en lo que caminamos a la escuela.

–tomaré el de crema entonces, si eso te hace feliz.

–solo relájate, aún tenemos que preocuparnos de algo más hoy...

–tendremos que mantenerla distraída con algo –dijo Banna pegando el primer mordisco–

–podrías simplemente hacer un experimento, de seguro te sabes algo que no queme la casa.

–¿quién crees que soy?

–tienes un extintor al lado de tu mesa, eso ya dice bastante

–más porque te la pasas ahí metida cuando puedes mientras trabajó en algo.

–¿no quieres que vaya ahí entonces?

–eso no es lo que dije –respondió Banna– considerando que tengo una soldadora, papeles y demás en un mismo sitio, es solo una precaución más, más si me da un ataque y dejo la soldadora encendida.

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