Pista 1 - En Algún Lugar

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Un barco atracó en el puerto de la isla Kiyokan. Todos los pasajeros comenzaron a bajar, menos una chica  de cabello azabache y una mirada dudosa de aquella nueva oportunidad frente a ella. Su nombre, Banna Kurosu.

Ella recogió su bolso y sacó una nota de su bolsillo. La leyó conforme fue bajando del barco. Levantó la vista, deslumbrada por el intenso sol. Al lograr acostumbrarse, pudo vislumbrar el inmenso mar azul y algunos bosques pesqueros.

Al otro lado de la carretera había una cafetería llamada "Soul Garden", decidió ir ahí a tomar algo mientras esperaba.

Ella se sentó en una de las mesas de afuera, empezó a pensar en silencio sobre lo que iba a hacer hasta que un mesero llegó, le dejó el menú sobre la mesa y tras leerlo ella pidió una rebanada de pastel de matcha y té helado. Él mesero le dejó por unos minutos mientras esperaba Banna empezó a ver el mar, cerrando sus ojos tratando de descansar un poco hasta que escuchó algo venir a la distancia, el motor de una motoneta, era ciertamente un sonido agudo y poco escandaloso. se detuvo al frente con el motor aún encendido, al poco tiempo Banna abrió sus cansados ojos para ver que pasaba y le vio, una chica de tez negra, gafas de sol redondas, que a pesar del calor que hacía ella llevaba una bufanda negra a cuadros, unos pocos segundos después ella apago el motor dejando la motoneta parqueada al frente del local y tomó asiento en la mesa del frente y se quito los lentes mostrando sus ojos bicolor.

Pocos minutos pasaron antes de que la mesera volviera para pedir el pedido de la chica.

-¡Shio! -dijo la mesera de forma jovial- ¿vas a pedir algo esta vez? -preguntó ella-

-hoy no, solo tengo que esperar a alguien aquí.

El pedido de Banna había llegado, empezó a comer en silencio y una vez termino fue a pagar para después volver a su mesa.

Poco a poco empezaba a impacientarse hasta que finalmente decidió empezar a dormir para esperar.

–¿Por qué eres tan rara?

–solo únetenos, ¿que tan malo podría ser pasar el rato con nosotras?

–¡es todo tu maldita culpa!

Banna se despertó asustada, tratando de no exaltarse demás.
De inmediato Shio se dio la vuelta estando un poco impaciente.

–¿no conoces a una tal Banna? –preguntó Shio en confianza- llevo esperando aquí hace rato y nada que aparece

–de hecho...
–¿eras tú? –dijo Shio tras reírse de si misma– espera aquí.

Shio salió corriendo, Banna logró escuchar el motor encenderse, a los pocos minutos ella había vuelto con la motoneta y el casco puesto.

-ten -dijo tras lanzarle otro casco a Banna- súbete aquí.

Banna recogió su bolso antes de subir  a la motoneta mientras se ponía el casco.

-¿lista?

Banna asintió brevemente, empezaron a avanzar, no pasó mucho tiempo hasta que llegaron al distrito comercial, que contaba con una inmensa variedad de locales, desde supermercados y restaurantes hasta boutiques y joyerías.

–es muy fácil encontrar cosas aquí –dijo Shio– pero la verdad sigo prefiriendo ir al mercado

Ella de inmediato aceleró un poco más conmocionando a Banna. lograron salir de la ciudad alejándose del puerto para empezar a subir por una carretera bastante empinada en la que con suerte podían mantener la marcha, pero cuando finalmente lograron subir la pendiente las dos se vieron embelesadas por la puesta del sol ambas decidieron detenerse por unos minutos para poder observarlo mejor.

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