Pista 40 - Kanashi Hibi

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Shiho se acercó rápidamente al frente de todo, pasando por la fuerte acompañado de su amado, Ryo, Akira y Makoto y justo detrás varias de las personas que habían logrado reunir para ello, justo antes de entrar Ryo recibió una llamada de Banna, avisándole de que lo necesitaba pronto.

-solo ve -dijo Shiho- esto ya es algo personal para mí.

Ryo se largo, Shiho se trono sus nudillos poniéndose en guardia, Akira se ponía aquella manopla de bronce y Makoto cargaba con aquel bate de aluminio en el que tanto confiaba su compañero.

Sakura, Chiaki y Sun decidieron mantenerse al margen, mientras Takagi dudaba si actuar o quedarse en la seguridad de su grupo, tanto que pensar pero sólo si acaso solo agarro un pedazo de madera que se encontró por ahí, y Shiho empezó abriendo las puertas, notando el reflector sobre una herida Shio, apenas y lograba mantenerse despierta entre todo el escándalo, Shio fue a por ella hasta que noto a un montón de personas detrás de ella, eran al menos dos docenas.

-no es nada personal sabes -dijo aquel hombre- si no te hubieras metido entre esa chica y yo quizás ni estaríamos aquí.

-¿tu otra vez?

-dejaré que se la lleven con una condición, quiero que te acuestes conmigo.

Dai simplemente le veía incrédulo hasta que Shiho dio más pasos acercándose hacia él sin mucho dilema.

Shiho cruzó los dedos detrás de su de su espalda sabiendo que le leerían bien, sus hombres soltaron a Shio entregándosela a Dai y apenas aquel hombre se atrevió a ponerle una mano encima le pateó en la entrepierna tan fuerte que se escucho algo reventar casi como si fuesen dos burbujas  el se callo al suelo rodando del dolor como el cerdo que era, incluso menos que eso, solo sería un insulto para los cerdos.

Y de inmediato Makoto y Akira se le unieron, esperando al ataque.

-nadie pone sus malditas manos en mi hermana y sale ileso y mucho menos si me toca a mí también.

-Maldita zorra rastrera

Akira le interrumpió con un puñetazo certero hacia su frente viendo hacia Makoto y Shiho completamente confiados, veintidós contra tan solo cuatro personas, tan indefensos estaban que nadie más se atrevía simplemente corriendo en miedo.

-¿él estará bien? -preguntó Akira- hasta yo escuché como reventaban sus bolas.

-¡Akira!

-alguien tenía que decirlo y aparte, es la única explosión que pude ver hoy, ni creas que no estoy enojado por no reventar los autos de esos idiotas.

-dejalo así, ya tenemos lo que buscamos.

Akira de repente escucho un cierto pitido cerca de la silla en la que estaba Shio, se acercó examinándolo a fondo, notando los cartuchos de dinamita que estaban atados a aquel dispositivo de aspecto ominoso.

-¿Qué es lo que guardan aquí?

Makoto empezó a revisar a su alrededor notando en una de las paredes grandes repisas llenas de barriles de pólvora, suficiente potencia para que la ola expansiva provoque grandes daños a la isla entera si eso reventara.

-¡todos corran! -dijo Makoto alertando al resto-

-¿qué es lo que pasa? -dijo Shiho- cargando a Shio en el auto.

-esa maldita pensaba volarla en pedazos -remarcó Makoto- eso es lo que pasa.

El resto salió corriendo del lugar mientras Takagi y compañía acompañaron a Shio hacia el hospital con Lewis, quien llegó tarde a todo el asunto sin enterarse de nada.

Akira y Makoto llamaron a la policía alertando de la bomba en el almacén y se largaron esperando a que eso no pasara a más.

Shio empezó a despertarse algo adolorida en el auto de Shiho, viendo hacia la espalda de su hermana y cuñado, tan alegre de verle a pesar de los moretones en su ojo, retiro sus lentillas tirándolas al suelo antes de que algo más pasara.

-¿podemos ir a comer algo? -preguntó Shio algo cansada-

-primero al hospital -le dijo Shiho- ya después podemos ir tranquilamente a dónde quieras

Shio sonreía aliviada viendo hacia el techo del auto, sin poder recordar mucho de lo que pasaba, volvió a caer dormida hasta llegar al hospital donde el doctor de turno le examinó rápidamente, y una fractura en su tibia y el hombro dislocado nada especialmente grave, así de inmediato el doctor empezó con su hombro sin esperar a que siquiera se despertará.

-¿no debería firmar un consentimiento o algo primero? -preguntó Lewis-

-igualmente va a doler.

Un pequeño movimiento del doctor y se escucho un pequeño crujido despertando a Shio.

-¡aunque sea despiérteme viejo tonto!

-ese temperamento.

-lo siento -dijo Shio avergonzada-

-no ha sido siquiera lo peor que me has dicho aquí sabes, en los quince años que te he tratado, habré escuchado cualquier barbaridad.

ya estaba acomodado, pero sin más empezó con el yeso sin pensarlo mucho, envolvió la pierna de Shio en la venda sintiéndose algo incomoda con ello.

-¿cómo supieron donde estaba?

-es una isla pequeña cuando tienes un ejército buscando -le dijo Sun-

Sakura sólo dibujaba la escena tranquilamente mientras Shio sólo reia, sintiéndose algo risueña por todo el asunto y no sabía exactamente si era por los analgésicos que le dio su hermana o algo más, solo no veía a Banna por ningún lado sintiéndose algo molesta con ello.

-¿y Banna?

-¿alguien le aviso? -preguntó Chiaki

-ya envié el mensaje -le dijo Sun- pero no ha respondido. Solo se que Izami y Vanessa están en camino.

La nieve se acumulaba afuera, no había mucho más que hacer más que esperar a que la nevada se acabará, pero Banna aún debía terminar con todo ello de una vez por todas. Aún si le resultase difícil, ella estaba ya cansada de lidiar con todo lo que le ha hecho ya.

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Yukiko San era una persona muy razonable

Hasta que te destroza las bolas

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