Pista 14 - Breeze

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Shio y Banna volvían a casa, con aquella pequeña radio reventando a todo volumen en un intento de mantenerlas despiertas, solo les quedaban unos minutos para llegar.

Subían por la cuesta, el remolque mantenía todo en su lugar a duras penas, pero una de las dos chicas notó a un hombre alto y desgarbado, vistiendo el chaleco de un traje, pantalones cortos y un par de sandalias bastante gastadas junto a un sombrero de paja bastante viejo, que ocultaba su cabello desgarbado y mal cuidado junto una gran maleta rosa que arrastraba detrás de él.

Todo al sonido de un jazz desde el sonido de la radio, que decoraba de forma curiosa aquella escena.
El se dio la vuelta quitándose los lentes de sol para poder ver mejor de donde venía el escándalo, entrecerraba sus ojos por unos instantes solo para mostrar una ligera sonrisa después

-¿cómo está todo? -preguntó él hombre-

-todo bien, tío Junpei -respondió Banna pidiendo a Shio que se detuviese-

Ella se bajó de la motoneta y fue caminando con su tío, mientras Shio se adelantaba a su hogar para guardarlo todo, podía escucharlos hablar mientras ambos caminaban a su ritmo, era una conversación trivial sin más, sobre todo lo que había pasado en ese tiempo que aquella solitaria chica estuvo allí.

La fotógrafa llegó a su hogar y la guardo en la cochera, sacaba las tiendas de campaña y el equipo para guardarlos de nuevo en el almacén detrás de la casa, después los sacos de dormir que mantenía guardados en su habitación y por último los bolsos, llevó los suyos a su habitación y subió los de Banna con cuidado, pues no sabía exactamente qué habría allí y mientras bajaba la notó subiendo las escaleras, con la maleta de su tío.

Shio le ayudó a subirla y después plegaron la escalera para poder estar solas, ellas abrieron la maleta, alrededor de una docena de modelos a escala, aviones, barcos, autos y algunas naves de películas y series que Banna disfrutaba, ambas chicas se tiraron al suelo, pudiendo escuchar las ruidosas conversaciones de la planta baja y la sonora risa de Lewis

-¿piensas armar todo eso? -preguntó Shio tratando de ignorar el ruido-

-enviaré algunos a casa.

-¿quieres hacerlo hoy? -preguntaba Shio rodando en el suelo-

Banna simplemente cerró la maleta a duras penas y la hizo a un lado en respuesta, bien sabía que su tío no se la iba a pedir de vuelta.

Banna encendió aquella tele de tubo que guardaba y prendió una super famicon que algún anciano le había vendido por quinientos yenes mientras volvía de la escuela.

Final Fight 2 era el juego que estaba ahí y le pasó el segundo control a Shio, ellas dos simplemente se pusieron a terminar el juego sin importarles demasiado, estaban en silencio queriendo dormir, pero eran incapaces de hacerlo hasta que terminaran el juego.

Simplemente se divertían perdiendo el tiempo de esa manera, no querían que nada les molestase en lo más mínimo y así pasó, nunca les llamaron para nada.

Presionaban botones, se dejaban llevar y simplemente hacían lo que debían hacer, nada más y una vez terminaron el juego, cayeron dormidas por alrededor de cuatro horas.

Les dejaron estar en paz disfrutando de la compañía de la otra, Shio en ocasiones podía ver la discreta sonrisa de Banna, apenas notoria por su expresión indiferente, pero se podía notar con solo ver a sus ojos de color índigo, una mirada placentera y alegre.

El silencio de aquella habitación, iluminada únicamente por la luz de aquella pantalla final y la reconfortante melodía que marcaba el final del juego.

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