Banna se despertaba temprano esa mañana apenas media hora antes que los demás iba directo hacia el jardín para regar las plantas cubierta en aquel abrigo de lana que tan conveniente le resultaba en esos días, se tomaba su tiempo asegurándose de quitar los hierbajos que encontraba por su cuenta, uno tras otro, pero mientras se concentraba en ello había alguien cargando con un estuche de guitarra con él, entre su chaqueta de cuero y el cabello tan alborotado que tenia, acompañado por el pequeño tatuaje de un anillo, similar al que le había notado a Shiho.
–disculpe –preguntó aquel hombre amablemente– ¿Shiho esta en casa?
–puedo ir a despertarla supongo –respondió Banna–
–no hace falta –dijo Shiho pasando al jardín–
Ella observaba a aquel hombre con cierto cariño detrás de esa expresión relajada que su rostro siempre dibujaba, acomodo su cabello detrás de su oreja mientras sus manos quedaban detrás de su espalda, lo llevó adentro de la casa mientras Shoko iba al jardín.
–es un gusto verle, señora Shibuya.
–hacia rato que no te veía Dai –dijo Shoko interesada en escucharle– ¿cómo ha ido todo?
–lo normal, de un lugar a otro, extrañando a Shiho.
–estoy aquí sabes….
Ellos dos pasaron sin prestarle atención al resto de cosas, no parecía importarle demasiado a Shoko, de hecho, se terminaba viendo más bien contenta por la situación, se ponía a revisar el jardín por segunda vez, viendo que Banna no había fallado en nada, ambas volvían a la casa mientras veían a Shio aún con sus lentes en la sala preparándose para salir a algún lado, Lewis solo se notaba algo alterado en la cocina mientras intentaba freír un huevo en la sartén, tanto hasta el punto en que no se fijaba tanto en lo que hacia mientras el humo salía de ahí, solo quitándola del fuego algo irritado.
–nada de esto está bien
–ya tranquilo cariño, ¿Qué es lo que pasa?
–no se que pasa, solo siento que se me olvida algo y no puedo recordar exactamente que es….
–¿una sesión? ¿Dejaste el bajo en el estudio?
–no hay nada, solo se siente raro tener un día libre.
–Realmente no haces tanto –le dijo Shio– terminas todo en un par de horas y ya esta.
–pero bien sacas provecho de eso.
–intentó devolverte ese dinero después, pero lo rechazas.
–¿Cómo te voy a andar cobrando?
Shio de inmediato le escucho dejando de lado todos los planes que tenia para salir, mientras Banna no tenía demasiada idea de que hacer prefiriendo ir a su habitación para calmarse un poco, sentía su cabeza algo mezclada pero nada que no pudiese aguantar, se ponía sus audífonos tratando de ignorar todo el ruido de abajo, se sentía ligeramente emocionada, ordenando todo en su habitación ordenando y quitando el polvo mientras las pequeñas piezas que se encontraba, las acumulaba sobre su escritorio, pensando en hacer algo sobre eso, revisando las cosas que estaban dentro de su armario.
Herramientas, ropa, un dron cuya batería estaba agotada y poco después el control, después encontró de nuevo el uniforme del taller dejándolo ahí mismo en el qrmqrio, la vieja laptop que tenia antes de haber armado la suya, decidió dejarla por aparte para ver que era lo que podría hacer para dársela a Shio al menos, viejos teléfonos que ya no usaba, incontables adaptadores dentro de una caja, un viejo Nokia que ya había intentado destruir antes sin mucho éxito, con curiosidad empezó a cargarlo, aún funcionaba. Lo que recibió en el tiempo que estaba apagado eran los mensajes de un montón de extraños que escribían la ubicación de varios moteles.
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Filosoda!!
Teen FictionUna chica sueña con una vida mejor que no parece llegar nunca a la vez que se enfrenta a sus viejas memorias