Las chicas salían del Downtown, Banna se habia perdido la voz con apenas el volumen de una mosca, las palabras sonaban cortadas, Sakura aun se encontraba cansada mientras Shio y Takagi revisaban entre las fotos que habian sido tomadas, ninguna tenia idea exactamente de que hacer y decidieron simplemente vagar por allí.
-¿Qué hora es más bien?
-¿y eso que importa? Igual no hay nada que hacer -le dijo Takagi indiferente-
-¿vamos al karaoke? -preguntó Shio-
-estoy casi muda -dijo Banna en voz baja-
Shio guardo su cámara finalmente decidiendo cual seria su camino, la playa, ir a aquella cabaña que sus padres tenían para ellas cuatro pasar la noche allí y volver al día siguiente, de inmediato llamó avisándoles, Banna decidió ir caminando junto a Sakura después de recibir la ubicación, Takagi fue con Shio en la motoneta. Solo eran unos veinte minutos a pie, pero aun entre la oscura noche, todo se sentía inusualmente vacío, pequeños retazos de su último día en la ciudad venían en su cabeza.
Caminando con Ryo de vuelta a casa después de ir al karaoke como se les hacia costumbre, caminaban acompañados uno del otro, pensando en si deberia siquiera darle su nuevo número, pasándole por encima esa posibilidad cuando lo perdió de vista, era extraño y a pesar de que solo fueron meses, ya empezaban a sentirse como años desde la última vez que lo vio.
-¿fue difícil eso? -dijo Sakura rompiendo aquel silencio-
-¿Qué cosa? -pregunto Banna-
-digo, realmente solo supe de ti por Shio y las noticias que encontré al buscar tu nombre me dejan un poco fría ¿Cómo es que siquiera lidias con eso? Los ataques, el miedo... los recuerdos.
-es algo que me paso y ya -le dijo Banna mientras caminaba- se que no puedo cambiarlo, por más que quiera, que yo no tuve la culpa de nada, al menos eso quiero pensar.
-es difícil aceptar lo que pasa ¿no?
-lo intente al comienzo, después de salir del hospital -confesó Banna con una ligera amargura- intente seguir con mi vida como me era "normal" iba y trataba de aguantar toda la mierda de la profesora, entre cada pequeño colapso que tuviera en medio de todo solo me echaba la culpa por interrumpir su clase. Poco a poco, día tras dia ya ni me daba cuenta de que pasó y cuando me doy cuenta estaba encima de la profesora, mis nudillos estaban sangrando, ella estaba ahí, aterrada. Mi rostro estaba destrozado todo lucia borroso.
Banna dejó de caminar por un segundo tratando de pensar en lo que estaba diciendo, repitiendo las pocas memorias que le quedaban de ese día.
-¿Qué hiciste después?
-un amigo me llevó a la enfermería para intentar calmarme. Me quede ahí en lo que mis padres resolvían todo el asunto. Se que estuve mal, se que lo estuve pero aun así.... No se enojaron conmigo en lo más mínimo, solo me dijeron que dejase de ir por un tiempo al menos. Y eso hice, lo que quedaba del primer año, segundo y tercero.
-¿no hiciste nada?
-estuve en una pandilla por un rato, reparando y modificando las motos, conduciendo algunas de cuando en cuando.
-¿sabes cómo?
-tengo la licencia -dijo Banna enseñándosela- solo no tengo una moto ahora, aunque si construí una para mi entonces, solo no la pude terminar a tiempo.
Ellas siguieron caminando hasta llegar a aquella cabaña cerca de la playa, no había aún rastro de Shio y Takagi y tampoco tenían las llaves, así Sakura se sentó en los escalones del porche, la cabaña tenía un aspecto rústico y a la vez solido, había pequeñas pintadas en la madera y un antiguo cartel en la puerta "guarida de las desertoras"
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Filosoda!!
Novela JuvenilUna chica sueña con una vida mejor que no parece llegar nunca a la vez que se enfrenta a sus viejas memorias