Capítulo 28: Cadenas

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Me estoy desmoronando,

Cayendo a pedazos,

Y dejando que brille la oscuridad,

Dentro de mi memoria.

(Aidee-Breaking down)

Jessica se detuvo frente al orfanato que había sido clausurado hacía pocos días. Los huérfanos habían sido alojados en una de las casas Walk cerca de la playa mientras Ada terminaba el papeleo para convertir El club Moon en un orfanato.

Especialmente por que muchos se opondrían ante tal idea. El club Moon era un lugar especialmente conocido por ser un centro para cerrar acuerdos, la clase de acuerdos que no podían ser cerrados bajo la luz del día. Si Ada destruía ese lugar muchos perderían uno de sus puntos de reunión mas importantes.

Aunque dudaba que eso fuese a detener a la única mujer Walk.

Vió al ex dueño del orfanato salir y cerrar el lugar por última vez después de ser despedido. Ada había decidido dejarlo ir y no encerrarlo en prisión como merecía pero Jessica sabía que él había dado el aviso del papel de Jessica en la investigación de los Walk lo que había llevado a los hombres de Derek a su casa que había resultado en la muerte de su mejor amigo. Su perro Max.

Jessica se colgó el bat de baseball en el hombro mientras caminaba hacía el hombre con pasos lentos, el hombre no la vió acercarse hasta que ella lo golpeó con el bat en la cabeza. Este calló al suelo con un gemido de dolor.

Entonces Jessica lo molió a golpes.

Ada no pudo moverse de su lugar bajo el umbral mientras veía a Ramses y a la doctora que tenía una expresión confusa y difícil de descifrar.

La mujer se levantó lo lentes del puente de la nariz y habló con calma a Ada.

—Parece que su esposo esta aquí, señora Walk.

Ada tragó saliva. Había preferido no usar su apellido justo para evitar esa situación pero de alguna forma Ramses aún había dado con ella. La mujer miró tras Ada y esta fue consciente de la presencia de Mason a sus espaldas.

La doctora la estudió a ella y luego a su guardaespaldas en silencio y luego dibujó una sonrisa apenas perceptible como si de pronto entendiera algo que le causaba mucha gracia.

Ramses que no notó la reacción de la doctora se levantó de su silla y caminó con pasos lagos hacía Ada.

Entonces la abrazó.

Ada tembló de repulsión bajo su toque y no pudo disimularlo.

—Estas embarazada, mi amor. Pronto seremos padres.

La apretó con mas fuerza al punto de hacerle daño. Ada empezó a sentir que le faltaba el aire. En ese momento se escuchó la voz de la mujer.

—Los primeros tres meses de embarazo son cruciales. Será mejor que no someta a su esposa a ningún tipo de estrés, señor Ramses.

Ramses dió un paso atrás recuperando la sonrisa cordial e hipócrita en su rostro.

—¡Claro! Gracias doctora. Le prometo que cuidaré bien de mi esposa... ¿Cree que podría dejarnos solos un segundo? me gustaría hablar un segundo con ella de esta maravillosa noticia.

Pese al tono cordial de Ramses y su amplia sonrisa la doctora lo miró con recelo. Intercambio una mirada con Ada y esta se sorprendió al darse cuenta que la mujer la miraba como si intentara decirle ¿Necesitas ayuda?

Ada le sonrió para tranquilizarla y la mujer finalmente salió de su propia oficina.

En cuanto la mujer cerró la puerta tras de si Ada sintió el impacto de una cachetada con la mano abierta en su rostro, no tuvo tiempo de reaccionar antes de sentir otro impacto en la otra mejilla, cuando un tercer golpe iba a aterrizar en su rostro el impacto se detuvo a la mitad del camino.

Ada WalkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora