Capítulo 19: Todo lo que toco.

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Años atrás.

Anton realmente no esperaba un golpe al abrir la puerta de la casa. Sintió como se quebrara su nariz bajo el impacto antes de caer al suelo.

En un instante estaba siendo levantado de nuevo, alguien lo agarró de las solapas de la camisa y lo estampó contra la pared.

—¿Qué demo...

Un nuevo golpe lo envió al suelo.

—¿Por qué ella?— gritó la voz de Mason oscurecida como nunca la había escuchado.

—¿Mason?— dijo con dolor— ¿qué demonios estas haciendo? ¡Me rompiste la nariz!

—¿Por qué ella?— dijo Mason desde arriba sin escucharlo.— ¿por que de todas las mujeres tenías que salir con ella?

—¿Qué?

—Ada Walk.

La expresión de Anton se transformó al escucharlo.

—¿Por qué te importa?

Mason se quedó en silencio ante su pregunta.

Presente.

—Miente— le dijo Ada con voz cortante.

El hombre pareció sorprendido ante su respuesta.

—Ella me esta apuntando con un arma ¿Por qué mentiría?— respondió señalando a Jessica.

Esta parecía igual de sorprendida ante la respuesta de Ada.

—Ada, por que dices que...

—Vámonos— dijo cortando la conversación y salió de la oficina antes de que alguno pudiera decir otra cosa.

Jessica tuvo que correr para alcanzar a Ada que ya estaba en el primer piso, su agilidad con los zapatos altos era impresionante.

—Ada espera.— le gritó pero ella no se detuvo hasta que estuvieron afuera del orfanato.

—Llama a las autoridades, diles en las condiciones en las que esta el orfanato y que lo clausuren.

—¿Qué... pero los niños...

—Convertiré el club Moon en un orfanato.— respondió mientras sacaba las llaves de su auto. Ada estaba por subir e irse pero Jessica fue más rápida y el arrancó las llaves.

—¿Qué haces?— le reclamó molesta.

—¿Por qué parecías tan segura de que ese hombre mentía? Dijo que tu madre había adoptado a tu hijo ¿sabes lo importante que es esa información? ¿Por qué mentiría sobre algo así?

Ada miró al suelo y Jessica se sorprendió al ver sus ojos llenos de lagrimas. Fue solo un instante de dolor por que luego levantó el rostro con dignidad recuperando esa expresión calculadora.

—Por que ella murió cuando yo tenía doce años— respondió con frialdad— Ella no pudo haber adoptado a mi hijo... en realidad si mi madre viviera ella no hubiese permitido que mi padre me lo arrebatara. Pero lamentablemente el destino tenía preparado otra cosa y mi padre también acabó con ella.

Jessica se quedó muda.

¿Cuánto más había sufrido esa mujer? ¿Cuánto más tendía que sufrir?

—Debo irme ¿quieres que te lleve?

Jessica negó con la cabeza.

—Me iré por mi cuenta. Investigaré al respecto ¿de acuerdo?

Ada WalkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora