Capítulo 25: Arrancar la maleza de raíz.

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Capítulo 25: Arrancar la maleza de raíz.

Mason tomó a a Ada de la cintura y la levantó para salir de su interior.

—Él salió del hospital esta mañana— dijo en voz baja.— debí decírtelo antes.

Ada miró a Mason con horror.

Ada sintió entonces que era levantada del suelo y metida de vuelta en la ducha. Mason abrió la llave y después cerró la puerta con seguro.

Un instante después escucharon los pasos de Ramses acercándose.

—¿Ada? ¿Estas aquí?

Ada miró a Mason desde el interior de la ducha tratando de comprender que era lo que planeaba.

Mason le hizo un gesto de que debía responderle.

—¿Ramses?— dijo ella controlando su voz. Agarró la bata mas cercana y cerró la llave como si acabara de terminar su ducha.— Escóndete en la bañera— le susurró a Mason.

—¿Estas hablando con alguien?— preguntó Ramses en un tono molesto y movió la perilla cerrada desde afuera.

Mason miró a Ada en silencio y después miró a la puerta donde Ramses estaba. Parecía debatirse entre abrir la puerta y romperle el cuello, y ocultarse como Ada se lo pedía. Los ojos desesperados de Ada lo hicieron escucharla.

Cerró la puerta deslizante del baño un segundo antes de que Ada abriera.

Ella salió y cerró la puerta tras de si antes de que Ramses pudiera ver al interior.

Ramses estudió a Ada en silencio un momento. Su cabello empapado cayendo sobre uno de sus hombros y su piel húmeda.

Había un claro deseo en sus ojos.

—Saliste del hospital— dijo ella y se la arregló para que de alguna manera su voz sonara feliz por ello.

Las fosas nasales de Ramses se ensancharon como si sus palabras le molestaran.

—Para tu desgracia así es.

Ramses miró de nuevo al interior del baño. Estaba sospechando. Ada cerró los ojos arrepintiéndose desde antes de lo que iba a decir.

—Yo... creo que deberíamos empezar de nuevo— se las arregló para decir. Las nauseas se acumularon en su estomago. Realmente se odió en ese momento pero si Ramses veía a Mason todo estaría acabado.

—¿Cómo?— Ramses de pronto quitó su atención de la puerta al escucharla.

—Estoy cansada de todo esto, de las constantes peleas. Quiero que este matrimonio funcione.

Ada no sabía si llorar o reír en ese momento pero logró mantener un rostro tranquilo esperando la respuesta de Ramses.

Este la estudió como si fuese un ser extraño frente a él. Ada no quería pero sabía que no tenía otra opción. Puso sus manos en el torso de él e hizo un movimiento discreto de acariciar sus pectorales mientras se apoyaba en el como una doncella débil al hablar.

—Este tiempo que estuviste en el hospital... realmente me preocupé.

Ramses pareció relajarse ante su toque. Su expresión sospechosa también se redujo.

—Me dijeron que fuiste a visitarme casi todos los días.

Ada sonrió para sus adentros pero mostró un rostro triste en el exterior.

—Me alegra que estes bien.

Ramses tocó su rostro mojado y limpió una gota que caía por su mejilla.

Ada WalkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora