Segundo epilogo: La boda

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Cuando el fuego esté en mis pies,

Y los buitres comiencen a dar vueltas,

Ellos susurran: "Se te acabó el tiempo" 

Pero aún así yo me levantaré.

(Rise) Katy Perry 


—Espera Ada, ¡Dios! Quédate quieta un maldito segundo o te voy a amarrar a la silla.

—Déjala solo esta nerviosa—intentó apoyarla Nicol mientras ponía una mano suavemente sobre la rodilla de Ada para que dejara de moverse ansiosamente.

—Nunca he tardado más de diez minutos en maquillarme, ¿qué te toma tanto tiempo?

—¡Dios! Si tan desesperada estas por casarte con Mason solo se hubieran fugado y ya.

Ada detuvo los movimientos ansiosos de su cuerpo al escuchar las palabras de Jessica.

—¡Oh no no no no! Deja de darle ideas, por favor— la cortó Diana, su madre, levantándose de la cama junto al tocador y corriendo para agarrar a su hija por los hombros como si esta fuera a escaparse en cualquier momento con prometido.

Estaban en la casa de Diana, esa había sido la condición de su madre para asistir a la boda sin quejas y sin levantarse al momento de "quien se oponga a esta unión...", Diana prometió mantenerse al margen y respetar la elección de pareja de su hija si y solo si se encargaba personalmente de todos los preparativos.

Ada sabía que pese a eso su madre nunca estaría del todo tranquila con su matrimonio con Mason.

Todo en la casa de Diana tenía un diseño orientado a los cincuenta, algo antiguado pero elegante y de buen gusto.

—Muy bien, un poco extravagante pero finalmente llegó el ramo dorado— dijo Sandra entrando al cuarto con el resto de las mujeres.

—¿Me esta diciendo extravagante la chica de cabello anaranjado?— preguntó Ada mordazmente mirando a Sandra a través del espejo del tocador.

Sandra se estremeció como si Ada le hubiese dado una cachetada.

—Dios, aún no me acostumbro a esa lengua mordaz. ¿Siempre has sido así o fue producto de las circunstancias?

—Sandra...— la regañó Nicol como si estuviera siendo imprudente.

Ada rió aligerando el ambiente.

—Un poco de ambas— respondió sonriendo.

El ramo eran lirios blancos con pinceladas doradas de oro autentico, en partes estratégicas de las floreas había colocados diamantes.

Ese extravagante ramo había sido idea de Mason después de que ella se le adelantara con la propuesta de matrimonio y él no pudiera darle un anillo correctamente.

—Es una lastima que sean flores naturales y la vida de este ramo sea tan corta, el ramo de que Mason te compró tiene una vida tan corta e insignificante.— dijo Diana acariciando con la punta del dedo uno de los pétalos.

Ada no pasó por alto el doble mensaje en las palabras de su madre. Pese a que había "aceptado" su matrimonio con Mason no dejaba de lanzar comentarios mordaces aquí y allá.

—Bueno, siempre puedes vender lo diamantes del ramo una vez que las flores se marchiten— añadió Enya tratando de evitar una discusión. Ella sostenía una parte del cabello de Ada en el frente mientras Jessica terminaba el arreglo atrás.

—Con el dinero que heredará con la muerte de Derek Walk dudo que necesite vender un solo diamante... o trabajar algún día de su vida— respondió Jessica agregando laca por tercera vez para que el recogido se quedara en su lugar.

Ada WalkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora