Ellos lo sabían

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Capítulo 50: Ellos lo sabían

Mason había tenido un mal presentimiento desde el principio. Era perfectamente consciente de que algo no iba bien pero no podía señalar con seguridad que era ese algo. Solo supo que su necesidad constante de tomar a Ada (a lo cual ya se había acostumbrado) aumento conforme ese día se acercaba.

Cómo si fuera a perderla.

Cómo si alguien fuese a arrebatársela.

Ada lo odiaba profundamente y no es que la culpara, ella tenía todo el derecho de odiarlo. Él la había dañado de forma importante, ocultando información que sabía que la lastimaría. Era completamente lógico que ella lo odiara.

Él también se odiaba.

Pero no podía simplemente alejarse de ella. Por más que Ada lo despreciara y quisiera deshacerse de su presencia Mason no iba a dar marcha atrás. La necesitaba, no había nada en el que mundo que Mason necesitara más que estar cerca de ella.

No iba a renunciar a ella.

Cuando subieron a ese barco, listos para entregar al hombre más poderoso del mundo los nervios lo invadieron inevitablemente, pero no por él, o por miedo a Derek Walk. Era ese constante mal presentimiento que le gritaba al oído: "¡Bájate del maldito barco ahora mismo! ¡Toma a Ada y corre tan lejos como puedas!"

Al final Mason no escuchó esa voz y se arrepentiría de ello el resto de su vida.

Es por esa razón que no pudo controlarse segundos antes de que todo comenzara, tomó a Ada en el mismo barco mientras ella gemía con la misma necesidad en su voz mientras el la penetraba empujándola contra las paredes del barco.

Ella era suya. Siempre sería así.

—Iré a revisar arriba.— dijo Ada después de unos minutos de haber navegado en silencio.

Mason se puso de pie en un movimiento con ella.

—Iré contigo— la cortó y no fue una pregunta.

Ada tenía la intención de replicar pero cerró la boca y asintió con la cabeza.

Pelar con Mason era una batalla perdida. Especialmente cuando se trataba de protegerla a ella.

Derek Walk lo sabía.

Era perfectamente consciente de lo que sus hijos harían.

No en balde había sobrevivido tantos años al frente de las mafias más poderosas del mundo. La vida era un juego de ajedrez en el que debías calcular siempre diez o veinte pasos adelante de lo que posiblemente sucedería.

Él mismo había criado a sus hijos, él mismo les había enseñado todo lo que sabían. Gracias a ello él pudo predecir con absoluta precisión que es lo que ellos harían y crear un plan en consecuencia.

Escapar.

Si bien la junta fue algo que si se le salió de las manos no volvería a cometer el error de subestimar a sus hijos.

Ni a sus hijas.

Realmente debió deshacerse de ellas cuando tuvo la oportunidad. Venderlas a la prostitución y acabar con toda su mierda de una vez.

Pero no. Decidió ser misericordioso y dejarlas vivir una vida normal.

En ocasiones era demasiado bueno para su propio bien.

—¿Y bien?— le preguntó Derek a sus asistente que le llevaba comida a la cabina donde supuestamente lo tenía "arrestado".

—Dante tiene un grupo de policías en la costa principal. Están esperando que usted llegue.

Ada WalkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora