Capítulo 64: Aron Walk

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"Me volví tan insensible,

Me estoy convirtiendo en esto,

Todo lo que quiero es ser como yo quiera,

Y no ser como tú quieres"

—Numb (Linkin Park)

Ada no esperaba ver a su hijo y a su prometido entrar por esa puerta.

Mucho menos esperaba que se vieran tan... mal.

El costoso traje de Mason estaba casi destrozado, las mancuernillas perdidas en algún lado, ninguna señal del saco y la corbata.

Aron por otro lado tenía el labio roto e hinchado y restos de una hemorragia nasal que apenas había podido detener.

—¿Qué les pasó a ustedes dos?— se adelantó a preguntar Diana.

Aron y Mason se vieron molestos entre si.

Horas antes.

—No puedes irte ahora.

—Diles a Azael y Caín que viste a Ramsés seguir a Ada al baño, debo ir por Aron ahora, tal vez sea la única oportunidad que tenga de hablar con él. Me niego a creer que mi hijo es una copia de Derek Walk y Ada jamas me perdonaría si lo dejó ir.

—Mason...

Mason sacó el arma de su cinturón y la puso en las manos de Jessica.

—Tengo una tarea para ti también.

Jessica miró el arma en sus manos y la escondió rápidamente cuando los invitados sentados a su alrededor parecieron más y más curiosos por su conversación tratando de escuchar mientras fingían tener otras conversaciones ajenas a ellos. Mason sentado junto a ella bajó la voz aún más.

—Necesito que investigues a alguien.

—¿A tu hijo?

Mason negó con un gesto seco.

—A alguien llamado Tristan Thorsen.

Mason le dijo a Jessica qué esperara a que él se fuera antes de dar la alerta pero ella apenas esperó a que Mason saliera de el salón antes de alcanzar a Azael y Caín en su mesa.

—Ramsés esta aquí.

No hizo falta que dijera mucho más cuando ambos ya estaban de pie junto a ella.

—¿Dónde esta Ada?— comenzó a decir Azael claramente alterado.

—¿Creen que Ramsés la siguiera al baño?— preguntó Jessica tratando de encender la llamada de ira en los hermanos. Todo perfectamente preparado para ser la noticia más importante de los diarios por el resto de la semana.

Ambos hermanos casi la atropellan cuando pasaron junto a ella a toda velocidad hasta el baño de mujeres.

Jessica soltó el aire que había estado sosteniendo al estar segura que Ada estaría bien ahora.

Tenía trabajo que hacer.

.

Mason llegó al aeropuerto sin aliento. Los taxistas que llegaban a dejar gente le dijeron todas las groserías que se sabía y las que no mientras se estacionaba frente a ellos de forma totalmente ilegal.

No tardó en recibir otra llamada de Dante.

—¿Ya estas ahí?— le preguntó.

—¿En qué vuelo va a llegar?

Pero no hubo falta que Dante le respondiera por que Mason logró distinguir a su hijo a lejos sin ninguna mochila o bolso que cargar encima más que si mismo y su ropa que lucía pesada y resistente como si siempre estuviera listo para una pelea con esa chamarra de piel real y las botas gruesas de combate que solo le había visto a soldados certificados.

Ada WalkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora