Capítulo 32: Lo sabe.

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Capítulo 32: Lo sabe.

—Usa el vestido esmeralda.

—Pero dijiste que te gustaba como me quedaba el negro.

Mason asintió acomodándose mejor en la cama mientras Ada se probaba vestidos para la cena que preparó Ramses en la que anunciaría la llegada de su primer hijo. Si una persona entrara en ese momento y los viera no dudaría que eran marido y mujer.

—Exactamente. Te queda precioso y no quiero que estes a su lado con él.

Ada sonrió. Finalmente lanzó el vestido negro a la cama y se decidió por el verde. Ramses no había llegado aún pero lo haría tarde o temprano. Su sonrisa, sin embargo, se esfumó pronto, Ada no pudo dejar de preocuparse por la situación de sus hermanos. Habían pasado ya mas de doce horas desde la última vez que supo de ellos.

El tener que estar en esa estúpida cena en lugar de poder ayudarlos era realmente frustrante. Solo esperaba que todo saliera bien y que pudieran encontrar a Nicol, a Sandra y Enya y que todos volvieran ilesos.

O lo mas ilesos posibles.

Por que las heridas internas, las del alma, esas no las podrían evitar.

Ada no quería ni imaginarse que es lo que habían tenido que vivir ellas bajo el encierro de Derek Walk.

Ada se desnudó frente a Mason para probarse el vestido verde. A esas alturas no había nada de su cuerpo que Mason no hubiese visto ya.

En el momento en que sus bragas cayeron al suelo fue como si lanzara una señal a Mason que se levantó como un resorte de la cama. En un segundo estaba frente a ella, la giró y la sentó en el tocador antes de que Ada pudiera procesar lo que estaba pasando.

Él era jodidamente ágil.

Ada cerró los ojos cuando los labios de él se encontraron con la piel de su cuello. Las manos callosas de Mason acariciaron la piel delicada de sus piernas con un masaje ascendente delicioso.

Ada no pudo evitar preocuparse por la llegada de Ramses pero también había descubierto cierto morbo placentero en hacerlo a espaldas de su miserable esposo. Con ese pensamiento en mente tiró de Mason envolviendo los brazos en su cuello para besarlo. Ada introdujo la lengua en su boca primero y lo saboreó sin contenerse.

Dios. Realmente lo necesitaba.

El hecho de que ella estuviera desnuda y Mason no, la hizo sentir tan vulnerable en sus brazos. El hecho de que Mason fuese mucho mas grande y fuerte que ella no hizo mas que acrecentar esa sensación y por algún motivo eso la humedeció.

Como si Mason pudiera percibirlo subió las manos de sus muslos a su entrepierna, sus pulgares se encontraron con una abundante humedad que pareció complacerlo cuando gruñó contra sus labios.

Mason ahogó sus gemidos cuando comenzó a acariciar los pliegues de su vagina. Ada movió la cadera hacia él buscando desesperadamente que acariciara su clitoris hinchado por el juego previo pero Mason pareció disfrutar de su desesperación por que llevó las manos a sus pechos dejando ese punto tan sensible necesitado y solo.

—Mason...— ella gimió contra sus labios pero él no pareció escucharla mientras jugaba con sus pezones rosados y erectos.

Ada no lo soportó más, llevó sus propias manos a su entrepierna buscando algún tipo de fricción que controlara la desesperante necesidad entre sus piernas pero Mason la atrapó un segundo antes y sostuvo fácilmente sus manos en lo alto impidiéndole hacer cualquier movimiento.

—Mason qué haces.— dijo ella con la respiración agitada y el deseo claro en sus ojos azules.

Mason le sonrió y había una perversidad que Ada no había visto antes en sus ojos.

Ada WalkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora