Último epilogo. Nacimiento

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—Mason deja de mirarme así, me estas poniendo de nervios, yo...

Ada se estremeció apretando la mano que su esposo no soltaba cuando una contracción más fuerte la alcanzó.

—No es normal ¿verdad?, le esta doliendo mucho.

—Esta a punto de sacar un ser humano del tamaño de un melón por el orificio del tamaño de un limón ¡claro que es normal, grandulón!

Mason le lanzó una mirada de muerte a Jessica antes de volverse a su esposa de nuevo.

—Ada te vez muy mal.

—Claro eso es lo que toda mujer quiere oír.— volvió a quejarse la pelirroja desde atrás.

—Jessica, basta— la cortó Diana despejando el cabello de la frente de su hija y acariciando su cabeza mientras la contracción pasaba.

—Ya esta lo suficientemente dilatada, tendremos que moverla ahora.— dijo la doctora a los pies de la cama. La mujer mayor que había ayudado a Ada cuando pensó en abortar a su bebe ahora la ayudaría con el nacimiento.

Mientras movían a Ada de piso Mason se aferró a la camilla como si en cualquier momento se fueran a llevar a Ada lejos de él.

De pronto alguien tiró de él deteniéndolo con suficiente fuerza un paso antes de subir al elevador. Las uñas de Diana se enterraron en su brazo.

—Si vas a acompañar a mi hija en esto tienes que ser un apoyo para ella no un motivo más grande estrés, ¿entiendes?. Si no te comportas voy a tomar tu lugar y no tendrás la oportunidad de vislumbrar su nacimiento. ¿Quedó claro?

Mason tardó en asimilar toda la rabia que Diana estaba lanzando sobre él. Finalmente le arrebató el brazo haciendo que ella le desgarrara la piel ligeramente en el proceso.

—Ada es MI esposa, estaré ahí para ella, yo y nadie más— con esas palabras entró al elevador junto a la camilla un segundo antes de que lo cerraran.

.

—Es idéntica a ti.

—Es tan pequeña cómo lo sabes.

—Por qué es mía.

Mason acercó un dedo cuidadosamente y tocó ligeramente la mejilla de la bebe que dormía tranquilamente en los brazos de su agotada madre.

—Me dejaran conocer a mi nieta finalmente.— exclamó Diana entrando a la habitación. La bebe comenzó a despertarse suavemente cuando más personas entraron a la habitación tras Diana.

Nicol y Sandra se apresuraron primero dejando a sus esposos atrás. Caín y Enya no estarían ese día, el bebe de Enya aún era muy pequeño y habían preferido quedarse junto a los hijos de ellas para que pudieran visitar a Ada en el hospital.

—Ow, es idéntica a ti Ada.— añadió Nicol observando con adoración a la pequeña bebe.

Ada sonrió permitiendo que su madre la tomará en brazos.

—¿Ya escogieron un nombre?

Ada y Mason se miraron un momento antes de responder.

—Lily por supuesto.— respondieron al unísono.

Los presentes se miraron con confusión.

—¿Por qué Lily?— preguntó Dante.

La tristeza iluminó los rasgos de Ada.

—En honor a una dulce chica que alguna vez conocí.— respondió y realmente luchó por que su voz no se rompiera.

La historia no se repetiría. Ada protegería a su hija con garras de sangre. Nadie la tocaría, nadie la dañaría, nadie le diría quien o que podía hacer, sería una mujer fuerte e inteligente a la que nada ni nadie podría detener.

Ada WalkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora