—¿Qué haces aquí?
—Bueno, es...— Hector suspiró como si las palabras le dolieran.— es su cumpleaños así que solo quería....
Enya frunció el ceño viendo al hombre lamentable tras él.
Lo último que supo es que Caín le había pagado un apartamento en algún lugar cerca del centro después de que su hija Nicol también lo rechazara y lo echara de su casa y era lo último que había sabido respecto a Hector.
El padre biológico de Caín al igual que de Nicol.
—Caín no festeja su cumpleaños, no creo que le importe si le dices feliz cumpleaños o no, no es que lo hayas hecho antes de igual forma.
La culpa era tan clara en Hector que Enya casi podía ver como aplastaba sus hombros como un enorme costal de arena.
—Bueno... ¿Al menos puedes decirle que vine?
Enya miró al interior de la casa antes de hacerse a un lado.
—Díselo tu mismo.
Hector pareció sorprendido por el ofrecimiento antes de entrar rápidamente a la casa como si temiera que Enya cambiara de opinión.
Desde su pelea con Caín este apenas le había dirigido la palabra a ella. Seguía al pendiente de Stefan y se aseguraba de que Enya fuera a todas sus citas con el medico para vigilar su embarazo y se encargaba de preparar algunas comidas para ella, siempre dejando sus vitaminas junto al plato para que recordara tomarlas.
Pero ni una palabra.
Enya no sabía como abordarlo, entendía su molestia, ella estaría molesta consigo misma también, ademas el reciente descubrimiento de que Diana estaba viva pareció estar tomando mucho de Caín.
Ella quería estar ahí para él. Quería apoyarlo y ayudarlo a enfrentar esa nueva verdad pero él simplemente se había cerrado.
Ella sabía que lo había engañado por demasiado tiempo, con temas especialmente delicados, era comprensible que él simplemente ya hubiese tenido demasiado.
Aún así no iba a rendirse y a aceptar simplemente la indiferencia de Caín sin quejarse.
La visita de Hector, sin embargo, no era muy oportuna.
Enya dudaba que ver a su padre biológico hiciera sentir mejor a Caín.
Este estaba saliendo de su oficina en casa con un par de papeles en las manos cuando se encontró abruptamente con Hector.
—Hijo...— comenzó.
Enya se encogió tras él.
Mala elección de palabras para el primer saludo.
Caín miró de arriba a abajo a su padre biológico detenidamente antes de responder.
—¿Por qué lo dejaste entrar?
Enya se sorprendió al darse cuenta que se dirigía a ella, era la primera palabra que le dirigía desde su pelea.
—Quería felicitarte en tu cumpleaños— dijo Enya con voz lineal sin estar en desacuerdo pero tampoco de acuerdo con él.
Caín bufó como si la sola idea fuera hilarante.
—Que considerado de tu parte, padre. Me siento honrado pero estoy seguro que estas ocupado con cosas más importantes como lo has estado todos estos años, así que no pierdas más tu tiempo conmigo... y lárgate.
—Hijo por favor...
Caín hizo un gesto como si sus palabras le dolieran como una cortada.
—No te atrevas a llamarme así. El único parentesco que tenemos es Nicol, y solo te dirigirás a mi cuando se trate de ella ¿Entiendes?. Nicol es mi hermana pero tu... tu no eres mi padre.
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Ada Walk
Literatura FemininaAda Walk fue obligada a casarse con un hombre que no amaba y su vida se convirtió en un infierno, hasta que un día su esposo contrató un nuevo guardaespaldas para protegerla. Y controlarla. Pero el momento en que el misterioso hombre pone sus ojos s...