Capítulo 39: De nuevo

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El cuerpo le dolía horrores cuando despertó por segunda vez en un frío cuarto de hospital, sin embargo, había algo diferente esta vez, una calidez salía de su mano derecha. Cuando abrió los ojos para mirar se encontró con un hombre hecho principalmente de músculo, una expresión que mostraba las batallas que había enfrentado, un tatuaje de dragón subía por su cuello dejándose ver a través de su camisa, un oscuro cabello negó atado en una coleta, sus facciones eran fuertes pero elegantes, era atractivo pero intimidante en muchos niveles. Este hombre la miraba con intensa tristeza

Mason.

—Despertaste— le dijo con una voz calmada como si incluso un tono de voz elevado pudiera dañarla.

Ada se mantuvo en silencio y uno segundos después apareció un enfermero en la habitación. Cuando Mason notó la mano libre de Ada se dió cuenta de que esta sostenía el botón de emergencia.

Había llamado al enfermero.

—Quiero estar sola— le dijo al enfermero en turno que miró con incomodidad al enorme hombre sentado frente a Ada Walk.

—Por favor, debemos dejar descansar a la paciente— le dijo pero Mason no se movió un centímetro.

—¿Por qué me alejas Ada?— le preguntó Mason haciendo caso omiso del enfermero nervioso. Si bien lo preguntaba ya tenía una idea de cual podía ser la respuesta después de todo había visto la mirada de profunda decepción que Ada le dedicó antes de perder la conciencia.

Eso había dolido más que cualquier golpe recibido en el pasado.

—Le dije que quiero estar sola— se dirigió de nuevo al enfermero que parecía realmente preocupado por tener que obligar a un hombre de esa apariencia a salir del cuarto.

—Señor, por favor, no altere a la paciente.— intentó de nuevo esta vez tocando el hombro de Mason.

Eso fue suficiente para que este lo empujara con tal fuerza que el pobre hombre cayó contra una mesa un utensilios de cristal que se rompieron sobre su cabeza. El estruendo llamó la atención de las personas en el pasillo.

—¡Ada, escúchame, maldición!— le gritó pero la mujer en la cama de hospital solo miraba al frente con una expresión de vacío que Mason jamás había visto.

Cómo si estuviera muerta en vida.

Como si finalmente se hubiese roto.

A esa mujer inquebrantable, indestructible e intocable él solo la había roto.

Calló de rodillas frente a la cama aun que por su gran altura aún alcanzaba a mirar a Ada sin tener que hachar la cabeza hacía arriba.

—Perdona, por favor.— tomó su mano de nuevo y ella no se resistió pero tampoco mostró reacción alguna.— dime algo, ódiame, grítame, golpéame, dime lo horrible que soy por haberte ocultado tantos secretos pero dime algo— pegó su frente a la mano que sostenía suplicando.— dime algo Ada.

Pero ella no lo hizo.

Finalmente sintió como era arrastrado hacía atrás por los guardias de seguridad pero esta vez ya no opuso resistencia.

—Ódiame si quieres Ada, soy tuyo y velaré por ti hasta mi último aliento.

Ante esas palabras casi le pareció ver a Ada reaccionar, como si su frente se frunciera con dolor pero fue tan fugas que tal vez en su imaginación se lo había imaginado. Finalmente dejó que lo sacaran de la habitación sin luchar por que si peleaba con ellos sin duda ganaría pero no quería perturbar más a Ada quien no dejó de mirar al frente como si nada sucediera a su alrededor.

Ada WalkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora