Capítulo 65: Ada Walk

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Mason estaba muy somnoliento esa mañana pero nada impidió que sintiera como Ada se levantaba sorpresivamente de la cama y corría escaleras abajo. El la siguió poco después solo para encontrarse con una escena desgarradora.

Ada estaba sentada en el sillón que había preparado para que Aron pudiera dormir con las cobijas que él había usado sobre él regazo.

—Él se fue— dijo ella con voz monótona y distante que rompió el corazón de Mason.

Entonces él volvió corriendo a el segundo piso. En menos de dos minutos regresó vestido con una camisa y pantalón limpio y salió de la casa azotando la puerta tras de si.

.

Aron se dejó caer en la silla de la sala de espera del aeropuerto con un gesto cansado.

Había sido un día... extraño.

Realmente no sabía como sentirse al respecto.

—¡Aron!.

Este se levantó de golpe al escuchar la voz masculina ya conocida para él.

Algunas personas a su alrededor se volvieron hacía los dos hombres de aspecto intimidante y oscuro.

Mason se acercó a él a pasos grandes hasta estar frente a frente.

—¡¿Por qué te fuiste así? ¿En qué estabas pensando?!

—Le prometí a Dante que vendría a cambio de una información importante para mi. Cumplí con mi parte y espero que él cumpla con la suya. Es todo. No prometí más que venir y eso fue lo que hice, ademas me aseguré de que Ada se mantuviera feliz durante toda la cena y jugué correctamente mi papel de hijo afable y cortés.

El sonido de llamada de su vuelo resonó en los altavoces del aeropuerto.

—Aron... no te vayas.

Aron recuperó inmediatamente esa sonrisa cruel y esa expresión despiadada que ocultó por completo de Ada.

—¿Por qué? ¿Vas a extrañarme?— preguntó con burla.

—Aron... eres mi hijo. Lo último que quiero es verte en peligro. No tienes que seguir este camino, tu madre y yo podemos darte una vida diferente. Por favor... quédate.

La burla en el rostro de Aron flaqueó por un parpadeo. En ese parpadeó Mason pudo ver tanto dolor que se quedó sin aliento como si alguien le hubiese sacado el aire del estomago de un balonazo.

—Eres muy dulce. Pero no necesito de ti, nunca he necesitado de ti y no será diferente en el futuro.

—Aron eres un niño...

—Un niño es alguien dependiente que no puede valerse por si mismo... créeme Mason, puedo valerme por mi mismo mucho mejor que tú.

Aron comenzó a caminar hacía la puerta indicada cuando Mason habló de nuevo dando un paso hacía él y extendiendo una mano al frente inconscientemente como si buscara aferrarse a él.

—¿No hay nada que pueda hacer o decir para que te quedes?

—No, pero aprecio el intento.— respondió dándole la espalda, de nuevo ese tono de burla e indiferencia en su voz.

Mason apretó el puño de la mano extendida hasta sentir dolor en los nudillos.

Aron hizo de nuevo un gesto de irse pero Mason volvió a hablar esta vez con un tono más modulado.

—Aron— comenzó bajando la mano con un gesto de derrota— sigues siendo mi hijo y lo serás sin importar lo que hagas o las decisiones que tomes, así que... si algún día cambias de opinión y decides buscarme te aceptaré sin preguntas... incluso si necesitas ayuda para ocultar un cuerpo o algo parecido.— bromeó al final.

Ada WalkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora