Hoseok había creído desde siempre que el amor era una porquería, un sentimiento que no hacía más que crear conflictos y herir corazones. Pero cambió de parecer cuando conoció a Yoongi, descubriendo que el amor no era todo lo que había creído. Desafo...
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El rostro de su esposo fue lo primero que visualizó cuando despertó lentamente, Jiuk sostenía un paño tibio con el cual limpiaba el sudor de la frente de su alfa.
Notó que era de día, echó un vistazo rápido a su alrededor percatándose que estaba en su habitación y que posiblemente ya era tarde.
—Hola, osito. Buen día, ¿cómo te sientes? —preguntó el omega, dejando el paño sobre la bandeja en la mesita de noche.
—Jiuk... ¿Qué sucedió? ¿Qué hora es? —cuestionó el alfa, llevándose ambas manos a la cabeza pues de pronto comenzó a doler y se sentó sobre la cama.
—Son las cuatro veinte de la tarde del domingo, osito —respondió, poniéndose de pie para correr las cortinas—. Tuviste una siesta muy larga, las pastillas que te recetó el doctor Kang son muy fuertes.
—¿Pastillas? ¿Para qué? Yo- —de golpe recibió los recuerdos de dos días atrás—. Mi celo...
—Así es, osito. Según el doctor, tuviste un desajuste hormonal, lo cual provocó un falso adelanto de tu celo —volvió a acercarse a la cama y acarició la mejilla de su esposo.
—Mi celo, ¿pero tú y yo...?
—No pasó nada, Yoongi. Tú estabas muy adolorido y agresivo, así que el doctor Kang te administró una dosis de supresores y pastillas para dormir. Al ser un falso celo, no pudimos aprovechar para que me embarazaras.
Una parte de su relato era cierto, al ver qué nadie podía controlarlo luego de que Namjoon lo llevará a casa, tuvieron que llamar al médico para encargarse de la situación.
Y es que, ¿cómo Jiuk le iba a contar que cuándo llegó a casa no hizo más que despreciarlo? Porque Yoongi no paraba de reclamar a su omega, un omega que no era él. Así que prefirió guardarse ese doloroso detalle.
—¿Un falso celo? —murmuró para sí mismo—. Por favor dame mi celular y déjame a solas, necesito hacer una llamada.
Jiuk asintió, entregándole el aparato. —Iré a prepararte una sopa caliente, necesitas comer algo. Te amo, osito —dejando un beso fugaz sobre sus labios, salió de la habitación.
Sus bandeja de notificaciones estaba repleta, tenía un montón de mensajes que ignoró, buscando el número de Namjoon que llamó de inmediato.
—¿Yoongi?
—Namjoon, ¿qué mierda pasó?
—Oh, hermano, que bueno que ya despertaste. Joder, nunca te vi así —respondió Namjoon con un tono de alivio.
—Namu, él es mi omega... Por favor dime qué no le hice daño, dime qué todo está bien.
—Yoonnie, Hoseok entró en celo también —confesó Namjoon con preocupación—. Él se percató de tu aroma y entró en celo enseguida.
