Hoseok había creído desde siempre que el amor era una porquería, un sentimiento que no hacía más que crear conflictos y herir corazones. Pero cambió de parecer cuando conoció a Yoongi, descubriendo que el amor no era todo lo que había creído. Desafo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Con cuidado, bajó a sus cachorros del auto, que aparcó en el área de invitados. Observó el auto de su madre y además, el de sus suegros.
Todos seguían en su casa, eso estaba claro, pero lo que menos quería en ese momento, era una escena dramática dónde todos lo atacaban cuando, cómo él lo pensaba, no era culpable de nada.
—¿Mi papi Hoba ya vino? —preguntó Solecito, tomando la mano de Jisung y de su padre, encaminadose a la entrada.
Por su parte, Yoongi cargaba a Yunji en sus brazos, totalmente dormida.
—Sí, mi cariño, papi ya está en casa —respondió, caminando lento al mismo ritmo que sus bebés.
Abrió la puerta principal, dónde a pocos pasos quedaba la sala de estar, dónde se encontraba su familia completa, conversando justamente acerca de su matrimonio.
Gihun, el padre alfa de Hoseok, fue el primero en acercarse, ayudándolo a tomar a la pequeña Estrellita recostada en su hombro.
—Yoongi —enunció firme, anunciando su molestia.
—Hola, hola a todos —saludó el pálido lo más tranquilo y relajado que podía.
—Por fin llegan, cachorro —comentó Shinhye, cargando a Jisung.
—¡Papi Hoba! —gritó Solecito, soltándose del agarre de su papá, para correr hacia Hoseok.
El omega lo sostuvo sobre su pecho, aspirando su suave aroma. —Mi Solecito, no sabes cuánto te extrañé —susurró en su oído.
Jin, sentado en un lugar en sofá, cargando a su Lunita dormida sobre su regazo, le dedicó una mala mirada a su hermano, pero este se la regresó. Porque Yoongi pensaba que solo Jin era el culpable de lo que estaba sintiendo.
El alfa después miró a su omega, notando sus ojos enrojecidos, era evidente que Hoseok había estado llorando.
Se acercó a él, fingiendo que todo estaba bien entre los dos. —Hola, Hoseok —saludó, besando fugazmente la punta de su nariz.
Pero Hoseok conocía muy bien a su alfa, podía darse cuenta que no estaba del todo bien. —Hola, Yoongi, ¿cómo están? ¿Todo bien?
El pálido asintió, quedándose a su lado, abrazando su cintura.
—Bien, mañana recogeremos a Hoseok para acompañarlo en su preparación —informó Siwon, más tranquila de ver a la pareja junta.
—Así es, mientras Jimin, Jiyeong y yo, alistamos a sus cachorritos —agregó Jin.
—Esperen, ¿qué? —cuestionó el alfa, sin poderlo entender—. Creí que con mi omega, llegaríamos juntos a la ceremonia.
—Es la tradición, Yoongi —respondió Bonhwa—. El novio no puede ver a su futuro esposo antes de la ceremonia. Así que tendrás que esperar a Hoseok en el altar, hasta que haga su aparición.
