❣️ Capítulo 39 ❣️

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   Poco a poco recobró la conciencia, gracias al desagradable olor a limpiador y desinfectante que inundó sus fosas nasales, y unos suaves murmullos que no se detenían

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   Poco a poco recobró la conciencia, gracias al desagradable olor a limpiador y desinfectante que inundó sus fosas nasales, y unos suaves murmullos que no se detenían.

Abrió los ojos lentamente, sintiendo de inmediato ese dolor de cabeza que no se había ido. Abrió los ojos por completo cuando descubrió que no estaba en su habitación, estaba en una habitación totalmente blanca y acompañado por más camas ocupadas por otras personas.

—Mierda, ¿qué es esto? ¿Por qué estoy en el hospital? —susurró asustado, observando una manguera conectada al torso de su mano.

—Oh, buen día, paciente número nueve —saludó una enfermera, que atendía a un señor a un lado—. Ya despertaste de tu larga siesta.

—Disculpe, ¿qué hora es? ¿Qué estoy haciendo aquí?

La enfermera terminó con el otro paciente y se dirigió con Hoseok, para cambiar la bolsa que colgaba de un tripié.

—Bien, son las siete de la mañana —respondió amablemente, sin detener su labor—. Y lamentablemente no puedo decirte porque estás aquí, porque recién empecé mi turno, pero tu expediente dice que estabas deshidratado y debemos supervisar ese detalle.

—Gracias... —dijo, quedándose todavía con muchas dudas.

De pronto los recuerdos de la noche anterior lo atacaron de golpe, recordando que había vomitado demasiado y, el diario.

Entraron tres hombres a la habitación, parecían ser los médicos pues de inmediato se dirigieron con los pacientes más avanzados de edad.

Todo se volvió en un escalofriante silencio, cada uno esperando por un diagnóstico satisfactorio.

Hoseok aguardó su turno, en tanto lloraba en silencio. Con el nombre de su alfa dibujado en el diario de su hermana, en sus pensamientos. No podía aceptar que fuera el mismo Min Yoongi, debía haber un grave error.

El médico más adulto, llegó a su camilla, concentrado leyendo el expediente que traía entre las manos. El profesional leía atento, moviendo los ojos en cada línea escrita, detrás de sus anteojos.

El médico asintió y sonrió.

—¿Cómo estás, Jung Hoseok?

—Buen día, señor... Estoy, bien, creo.

—No tienes idea de que haces aquí, ¿correcto?

—Correcto —respondió avergonzado.

—Entonces, vamos. Te lo explico en la otra sala —comentó, haciéndose a un lado para que un par de enfermeras alfas empujaran la camilla hacia otra habitación.

Lo dejaron en otro extenso cuarto, estaba ocupado por equipos médicos. El médico entró enseguida, indicándole que bajara la bata de su pecho para que dejara expuesto su torso.

Amour  -Yoonseok- (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora