Hoseok había creído desde siempre que el amor era una porquería, un sentimiento que no hacía más que crear conflictos y herir corazones. Pero cambió de parecer cuando conoció a Yoongi, descubriendo que el amor no era todo lo que había creído. Desafo...
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Namjoon acompañaba a Yoongi en el supermercado, comprando lo necesario para lo que había planeado el pálido.
Y es que después de su fuerte discusión con Hoseok, se había echado a llorar como un bebé sobre el hombro de Namjoon, y Namjoon como su buen amigo, lo escuchó y aconsejó para que pudiera resolver su problema. Tuvieron que marcharse temprano de la oficina para ejecutar un plan que surgió de pronto.
—¿Qué voy a decirle a Jiuk, Namu? No puedo decirle que estaré contigo porque inmediatamente llamaría a Jin y seguramente tú estarás con mi hermano —dijo ansioso, cargando la canasta del supermercado, llenándolo con sus compras.
—Debimos pensar en eso antes de dar el primer paso a este plan —respondió Namjoon eligiendo el mejor vino en la estantería.
—Si le digo que estaré en la oficina trabajando, estoy seguro que me irá a buscar para hacerme compañía.
—Lo único que yo creo será viable, es que le digas que estás conmigo trabajando y entonces yo tendré que contarle todo esto a Jinnie para que nos ayude a no decir nada —sugirió el alfa más alto.
—¿Y sí Jin se molesta? ¿Y sí le cuenta todo a Jiuk?
—No creo que lo haga, eres su hermano mayor y él solo esperará una explicación de tu parte. Así que disfruta mucho de esta noche y mañana tendrás que estar preparado para hablar con él.
A Yoongi no le quedó más que aceptar la propuesta, ahora lo único que le importaba era que su plan saliera a la perfección.
Después de las compras y de pasar por comida preparada, Namjoon se marchó de prisa al departamento secreto del pálido mientras él realizaba el paso número dos en el plan.
La noche ya había caído, los nervios comenzaron a atacarlo peor no podía arrepentirse, necesitaba arreglar las cosas.
Dentro de su camioneta, aparcó en una calle, sacó el celular notando las varias llamadas perdidas de su esposo. Enseguida le llamó.
—Jiuk.
—Osito, me tenías preocupado, ¿por qué no atendías mis llamadas?
—Estaba ocupado, tengo mucho trabajo y por eso te llamo —respondió sin dar detalles, por un momento pensó que se pondría muy nervioso y que se delataría por sí mismo pero nada de eso sucedió.
—¿Quiere decir que ya terminaste y ya vienes a nuestro hogar? —preguntó con extremada dulzura.
—No, Jiuk, te estoy llamando para avisarte que debo estar trabajando y no llegaré a casa esta noche —anunció serio.
—¿Qué? —preguntó de la misma manera.
—Estaré trabajando, mañana nos vemos.
—Espera, Yoongi —habló de prisa antes de que el alfa cortara la llamada.
