Hoseok había creído desde siempre que el amor era una porquería, un sentimiento que no hacía más que crear conflictos y herir corazones. Pero cambió de parecer cuando conoció a Yoongi, descubriendo que el amor no era todo lo que había creído. Desafo...
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—Dime la verdad, Hobi, ¿mi madre se ha portado mal contigo? ¿Ha sido grosera? —preguntó Jin, tratando de averiguar esa misteriosa compañía de su madre para con Hoseok.
Una semana completa había transcurrido, Hoseok no había podido encontrarse con Jin, así que se mantenían informados a base de llamadas y mensajes. Esa tarde, Jin logró escaparse de los cuidados de Namjoon, y visitó a Hoseok en la oficina.
—Te lo prometo, Jinnie, tu madre ha sido muy buena conmigo. Hemos estado trabajando en equipo aunque ella me pide que sea yo quien tome las desiciones, me ha ayudado bastante.
Y aquello era totalmente cierto, Siwon se había tomado el tiempo para discretamente conocer un poco más a Hoseok. La alfa podía notar que Hoseok era un omega con buena educación y profesionalismo, además de ser un chico visualmente atractivo, su corazón estaba lleno de buenos sentimientos. Pudo percatarse por ella misma que Hoseok no era un tipo aprovechado que quería disfrutar de la buena posición económica de Yoongi, sino todo lo contrario, Hoseok fue reservado en cuanto a su vida personal y mantuvo siempre todo el respeto para Pet-MinCorp y para la familia Min, algo de lo cual Siwon estaba satisfecha.
Jin no estaba convencido. —Mamá ha estado visitándola, pero ella no ha mencionado nada de ti, por eso creo que esto es muy raro.
—Te digo la verdad, tu madre es muy buena conmigo. Mejor dime, ¿cómo ha estado Lunita? ¿Cómo te has sentido estos días?
—¡Horrible! —confesó el otro omega, formando un puchero—. Esta niña no deja de moverse por las noches, mi vejiga no tiene más espacio. Me siento tan gordo y pesado, y a veces no soporto la presencia de Namjoon en mi habitación... Es decir, mi Namjoon es muy atento con nosotros, me cumple todos mis antojos e incluso cada noche masajea mi espalda y mis pies, pero no soporto su loción, o que a veces se ponga muy cariñoso... No quiero que mi cuerpo voluptuoso le provoque náuseas.
Hoseok lo escuchó, comprendiendo lo que le decía. A veces él también tenía esas sensaciones, aunque su cachorrito no era tan inquieto, pero si podía entenderlo en cuanto a sentirse pesado, su pancita estaba creciendo, así que lo entendía.
—He comenzado a percibir leves contracciones, mi médico dijo que mi cuerpo se está preparando para la llegada de Hyori.
—¿Hyori? —preguntó Hoseok, sonriendo enternecido.
—¡Sí! Por fin encontré el nombre perfecto para Lunita: Kim Hyori.
—Ese nombre es muy lindo, que bueno que Lunita ya tiene nombre.
—¿Y Solecito? ¿Ya escogiste un nombre para él?
El asistente afirmó con la cabeza, sonriendo. —Jeongin —respondió, en tanto acariciaba su pancita.
—¡Qué nombre más bonito! Al menos nuestros cachorros ya tienen un nombre —expresó con entusiasmo, aunque tenía la gran duda acerca del apellido del bebé.
